Reseña La Divina Comedia, Dante: El Infierno.

La divina comedia es un largo poema que describe la peregrinación del autor por el infierno, el purgatorio y el paraíso. Cuenta con tres personajes principales, Dante quien representa toda la humanidad, el pecado y la tentación, Virgilio quien sirve como voz de la razón para nuestro autor y por último tenemos a su amada Beatriz quien simboliza el amor cortés, la inspiración poética, la fe, la esperanza y la caridad. Es el ideal de perfección femenina, inteligente, compasiva, vibrante, con ese amor entregado que sólo puede venir de Dios.

Encuentro de Dante y Virgilio

Este poema comienza cuando Dante a sus treinta y cinco años toma la decisión de comenzar el camino que lo llevara hacia la virtud, tras haber vivido en pecado. Acompañado por el poeta latino Virgilio autor de la Eneida la cual Dante admiraba. Este le anuncia su propósito de servirle como guía por el mundo de ultratumba hacia dios.

Cruce del río Aqueronte

Este rio divide el mundo de los vivos del de los muertos y Dante junto a Virgilio se disponen a cruzarlo, lo cual hacen en la barca de Caronte, quien se encarga de llevar a los muertos de un extremo a otro. El barquero le pide a Dante que no se acerque a los muertos, pues el aún está vivo pero se tranquiliza cuando Virgilio le explica que Dante ha obtenido el permiso de Dios para realizar este viaje.

El Infierno

De este modo los peregrinos describen el descenso al infierno y como este es como un gran agujero el cual tiene forma de embudo o cono con la punta hacia abajo y nueve círculos concéntricos separados entre sí, en los cuales los condenados son sometidos a castigos, según los pecados que cometieron en vida (lujuria, avaricia, mentira, violencia, etc), También logran ver una terrible parte del infierno, la ciudad de Dite, allí Lucifer es el rey. Es un lugar reservado para herejes, en donde moran criaturas horribles, como las Erines, diosas de la venganza, o la Medusa, terrible criatura cuya mirada es capaz de petrificar a los hombres.

Sobre ella vi un punto alzarse prestos, tres sangrientos espíritus fatales, con miembros de mujer, actos y gestos.

Hidras verduzcas forman sus cendales, largas cerastas con sus cabelleras, sierpes ornan sus sienes infernales.

Y él, que conoce bien las mensajeras de la negra mansión que Dios maldijo:
“Mira allí nacen las Erines fieras:

Es a la izquierda el ojo fijo; Aleto, aquella de llora rabioso; la del medio es Tisífone”, me dijo.

Hundíanse en el pecho sanguinoso las uñas, entre aullidos y golpeo; tanto, que al vate me estreché medroso.
“Ven, Gorgona, y haz piedra al que allí veo -gritábanse las tres en son de guerra- Venguémonos en el más que en Teseo.

“Pronto, de espaldas y los ojos cierra; que si sale Medusa y vez su frente no a pisar volverás la dulce tierra.”
-La Divina Comedia, Dante.

Condenados al Infierno

En las distintas estancias en el infierno, Dante conversa con los condenados, muchos de ellos personajes antiguos los cuales narran las distintas historias que los han llevado hasta allí, a cambio de que el poeta mantenga su recuerdo vivo en el mundo; cada castigo al que son sometidos es acorde a la falta que han cometido y se repite eternamente.

De esta forma Dante se consigue con diversos personajes tales como el papa Nicolás III, que es condenado por cometer simonía (beneficiarse económicamente a través de cosas sagradas). Por otro lado es recordada la historia de Paolo y Francesca quienes fueron adúlteros y se conocieron mientras leían el libro Lanzarote.

¡Oh, tú, que has venido a este Infierno!; reconóceme si puedes.
Tú fuiste hecho, antes que yo deshecho.

La angustia que te atormenta es
quizá causa de que no me acuerde de ti; me parece que no te he visto nunca.

Pero dime, ¿quién eres tú,
que a tan triste lugar has sido conducido, y condenado a un suplicio, que si hay otro mayor, no será por cierto tan desagradable?

Tu ciudad, tan llena hoy de envidia,
que ya colma la medida, me vio en su seno en vida más serena. Vosotros, los habitantes
de esa ciudad, me llamasteis Ciacco.
Por el reprensible pecado de la gula, me veo, como ves, sufriendo esta lluvia.
Yo no soy aquí la única alma triste; todas las demás están condenadas a igual pena por la misma causa.

Ciacco, tu martirio me conmueve tanto, que me hace verter lágrimas, pero dime, si es que lo sabes:
¿en qué pararán los habitantes de esa ciudad tan dividida en facciones?
¿Hay algún justo entre ellos?
Dime por qué razón se ha introducido en ella la discordia.

-La Divina Comedia, Dante.


Espero que disfruten de mi post y conozcan más sobre El Infierno de Dante, una obra literaria realmente fascinante.


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