Resiliencia en la Universidad: Esperanza Venezolana

No necesito comenzar este post, explicando detalladamente todo lo que nos falta en Venezuela. No necesito contar que es difícil, pues cualquier persona que lea las noticias, lo sabe y lo siente. Incluso, más de uno en su país ha conocido a un venezolano, que se fue para tratar de tener un trabajo mejor, dejando a un lado, en muchos casos, sus  profesiones, sus sueños en el país y a sus familiares. 


Más todos, no hemos tenido la fuerza o la capacidad financiera para emigrar, y nos hemos quedado haciéndonos los fuertes, muchas veces sufriendo en silencio. Hoy, como todos los días, me levanté para ir a mi trabajo, parece sencillo, pero llegar es una verdadera odisea, comenzando que tuve que comprar dinero en efectivo para poder pagar el taxi, irme sin desayunar, mirar las caras de angustia de gente en colas desde lejos y llegar a una universidad desolada. 

Miré sus pasillos con la nostalgia del ayer, pues no había ruido, son esos momentos en los que sientes que todo está perdiéndose. Solo bastó llegar a mi laboratorio de clases y encontrar doce estudiantes, que al percibir mi presencia sonrieron ¡Me sentí feliz! De ver que aún tengo a quién dejar un mensaje. Mi cuerpo se llenó de juventud, sus brillos en los ojos me subieron la esperanza, y mientras les hacía una que otra pregunta sobre el origen de la vida y el universo, entendía por sus intervenciones, que dominaban el tema. Escuché sus dudas, debatimos las repuestas y construimos verdades. Cualquiera que nos veía tal vez se preguntaba ¿Para qué estudiar en este país destruido? ¡están perdiendo el tiempo!... 

 Mi tricolor se ha nutrido hoy de la esperanza de mis estudiantes, quienes dejaron a un lado sus problemas para ver oportunidades, y encontrar en el conocimiento una ventana hacia la libertad del ser... les tomé fotos, y sentí la necesidad de hacer un post para aplaudir esa capacidad que aún tenemos de salir del fango, ¡Resiliencia! La fuerza que nos mantiene y que nos hace ver la vida en colores, a pesar de las circunstancias.

 Por eso, y en honor a ellos, he escrito con el alma las siguientes palabras

 Estudiante Upelista 

estoy orgullosa de ti 

pues grande como un manatí

 superas con resistencia 

 los retos cuya esencia

  buscan sembrar apatía 

en la gente día a día

 pero a ti te hacen sentir 

 aún más ganas de vivir

  y buscar la valentía

---

 Veo en tus ojos muchos sueños

 y brillan con emoción

 de aprender siempre un montón

 y adaptarlos a tu vida

 sin importar la acontecida 

 de una Venezuela triste

 que fue en donde naciste 

 donde querías morirte

 sin necesidad de irte

  y mucho menos despedirte  

---

 Hoy tú me enseñas a mí

 que es posible el vivir

 sin perder la esperanza,

 se trata de resistir 

 quiero luchar contigo 

 olvidar el desabrigo

 quiero sentir la esperanza 

 y olvidar la desconfianza

 que juntos lo lograremos 

y que luego contaremos

 toda bienaventuranza  

  Gracias mi Venezuela bendita, 

 ¡pronto seremos libres! 

Fuentes
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