Manos en la Cara: Interpretación
1. Taparse la Boca:
Este gesto es el que resulta más obvio tanto en niños como en adultos.
La mano que cubre la boca y el pulgar que presiona la mejilla son gestos que se producen cuando el cerebro ordena subconscientemente que se supriman las palabras engañosas que acaba de emitirse. Existen variaciones de este gesto, como es taparse la boca con los dedos, o con el puño, pero el significado es el mismo. Algunas personas tratan de disimular este gesto de taparse la boca emitiendo una ligera tos.
En caso de que el receptor realice este gesto mientras usted está hablando es indicativo de que piensa que usted lo está engañando.
Morris indica que este gesto se lleva a cabo por aquellas personas que se sienten presionadas y que implica un intento inconsciente de la persona por volver a la seguridad de un recién nacido que succiona del pecho materno.
En el caso de un niño, este reemplaza el pecho materno por el pulgar, mientras que un adulto no solo coloca los dedos en su boca si no que coloca en ella cosas como cigarros, lápices, bolígrafos, etc.
Si bien casi todos los gestos hechos con las manos en la cara expresan mentira o desilusión, meterse los dedos a la boca es una manifestación de la necesidad de seguridad.
Por ende, lo adecuado para estos casos, es proveerles de esa necesidad de seguridad que está manifestando la persona que hace este gesto.
Fuente1|Fuente 2|Fuente 3
2. Tocarse la Nariz:
Este gesto es una versión disimulada de tocarse la boca y puede estar compuesto de una serie de roces suaves debajo de la nariz, un toque rápido e imperceptible o golpecitos en la misma en caso de las mujeres de forma de cuidar del maquillaje.
Su origen se debe a que cuando se produce un pensamiento negativo, el subconsciente inmediatamente ordena taparse la boca, pero en el último instante cambia de curso y se toca rápidamente la nariz de modo que el gesto no sea tan obvio. Otra motivo es que mentir provoca picazón en las delicadas terminaciones nerviosas de la nariz y requiere ser frotada para calmar el efecto.
La picazón puede ser generada por una mentira o por cualquier otra razón física/ambiental; como por ejemplo, las alergias. La diferencia de cómo percibir cuando este gesto indica una mentira o no, es en la forma en el que se frota la nariz; el primero lo hará con disimulo con delicadeza, mientras en el otro caso se frotará o se rascará la nariz sin intentar esconder la molestia que tiene, con libertad.
Fuente 1|Fuente 2
3. Frotarse el Ojo:
Representa el intento del cerebro en bloquear la visión del engaño o de evitar verle la cara a la persona a la cual se le está mintiendo.
Los hombres se frotan enérgicamente los ojos cuando mienten, pero si el grado del engaño es elevado, desvían la mirada y la dirigen hacia el suelo.
En el caso de las mujeres ejecutan la acción con mayor suavidad, bien sea por la educación femenina o para no echar a perder el maquillaje.
Fuente 1|Fuente 2
4. Frotarse la Oreja:
Simboliza el intento de bloquear las palabras del que miente. Es la versión adulta del gesto infantil de taparse los oídos con las manos.
Algunas de las variaciones de este gesto son:
- Frotarse detrás del pabellón de la oreja.
- El “dedo taladro”; es decir, la acción de meterse el dedo en la oreja y moverlo de un lado hacia otro.
- Tirar del lóbulo de la oreja.
- Doblar el pabellón hacia adelante y tapar así el conducto auditivo. Es indicativo de que la persona ya ha escuchado suficiente o que quiere hablar.
5. Rascarse el Cuello:
Este gesto implica que el dedo índice de la mano derecha rasca debajo del lóbulo de la oreja o rasca el costado del cuello.
Allan indica algo interesante según sus observaciones sobre este gesto, y es que la persona se rasca solo CINCO (05) veces, ni más ni menos.
Este gesto simboliza la presencia de dudas, incertidumbres y es característico de aquellas personas, que de momento, no saben si están completamente de acuerdo con lo que la otra persona está diciendo.
5.1. Tirar del cuello de la camisa:
Una variación del gesto de rascarse el cuello.
Según las investigaciones realizadas por Desmond Morris, las mentiras producen un ligero temblor en la cara y en los tejidos del cuello, y por ende, surge la necesidad de rascarse o frotarse la zona.
Este gesto es realizado por aquellas personas que han mentido y sospechan de que han sido descubiertos. Sin embargo, este gesto también es usado por aquellas personas que sienten enojo o frustración y necesitan alejar la tela de la camisa a fin de airear la zona.
Fuente 1|Fuente 2|Fuente 3|Fuente 4
___________________________________________________________(Continuará)