LOS SUEÑOS MUEREN, AUNQUE NO MUERA EL SOÑADOR

Tipo Google: Quizá quisiste decir “Los sueños solo mueren si muere el soñador”, pues no, exactamente lo que dije era que lo que quería decir. ¡Sí! Son incontables las veces en la que hemos escuchado esta típica frase ¿Cierto? En la vida nunca falta el optimista que la dice o el que por moda la repite. Pero… 

¿Y si te digo que aunque tú no mueras tus sueños si?  

Los sueños son esas grandes aspiraciones que nos impulsan día tras día, esa fuerza que te nace del corazón y te permite seguir adelante aun cuando sientes que tu vida va en caída. Personalmente pienso que alguien que anda por la vida sin metas y sueños es como quien corre detrás del viento. Soñar es uno de los regalos más grandes de la humanidad, mmm, eres humano ¿Cierto? Entonces lo tienes. 

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Conforme vamos creciendo y nos adentramos en el mundo “real” y “adulto” es muy común que vayamos descuidando nuestros sueños, hasta que un día ni siquiera recordamos tenerlos. Vamos perdiendo ese “yo quisiera…” que teníamos de pequeños. Comenzamos a trabajar y a entrar en un sistema que nos arrebata nuestros sueños para trabajar por los de ellos (esos llamados jefes). Muy bien lo expresó el gran Steve Jobs, al decir “Si tú no trabajas por tus sueños, alguien te contratará para que trabajes por los suyos”. Ahora pensemos, si no estamos trabajando por nuestros sueños, entonces ¿Qué rayos estamos haciendo? Nos sentimos grandes y responsables al comenzar a trabajar, pero creo que seríamos realmente grandes si lo que soñábamos, estando pequeños, lo hacemos realidad.

Y a pesar de que diga “sueños de pequeño” créeme que no hay edad para soñar. Lo único que necesitamos para ello, es la fuerza y la voluntad para hacerlo realidad. 

¡Va más allá!

Soñar implica más que crear en tu mente algo que quisieras realizar, es más que pensar “si yo tuviera”, “si yo viviera”, “si yo pudiera”. Tus sueños mueren justo en el momento en que dejas de trabajar por ellos. Trabaja por tus sueños, nadie más lo hará por ti. Cada día tienes la oportunidad de levantarte con un nuevo motivo para avanzar, lo común es trabajar por el sueño de alguien más, pero si eres de mentalidad grande se que querrás más. No hay presa más fácil que aquella persona que no tiene algo por lo que luchar. La culminación o el logro de un sueño, no es más que la suma de pequeñas acciones en base a él. Las mayores cosas primero se crean en la mente y luego existen en la realidad. 

No abandones tus sueños, si realmente los anhelas, ve por ellos. El mayor enemigo de los sueños es el miedo al fracaso, sin embargo cada fracaso es un pequeño punto que va creando una línea consecutiva que nos lleva hacia el éxito. Cuando aprendemos a ver el fracaso como un aliado, sacamos lo mejor de el y nos impulsamos con mayor esfuerzo. No quiero sonar extremadamente optimista, al contrario quiero ser realista porque, si no trabajas por lo que quieres déjame decirte que no alcanzarás nada realmente importante en tu vida.

La vida es como un auto... Los sueños siempre serán ese motor que te impulsa hacia adelante, la gasolina serán las acciones y los frenos serán el miedo. El volante lo tienes tú, a menos que decidas entregárselo a otro. Recuerda que tus sueños te están esperando justo al otro lado del miedo, no pares de soñar. No sueñes tu vida ¡Vive tu sueño!      



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