Historia de un doble asesinato: cuentos de mi localidad

Se que les dije que quería usar este blog para hablarles principalmente de literatura y cine, pero también les dije que quería utilizarlo para poder hablar de cosas que pasan en el día a día.

Hoy quiero contarles una historia de mi ciudad natal.

Vivo en un pueblo de poco más de cien mil habitantes ubicado en los andes venezolano, cercano a la república de Colombia. Al ser un pueblo pequeño no es común que sucedan hechos que escandalicen a la opinión pública, pero ese hecho ha trascendido a lo largo de los años dentro del imaginario colectivo de mi ciudad.
Todo empezó con una pareja joven, un par de cuarentones que llevaban ya muchos años de matrimonio, por cuanto se habían casado jóvenes. Dentro de este matrimonio nacerían dos niños que crecerían bajo el cobijo de sus padres en otra Venezuela, una más pudiente, más normal.

Pero los matrimonios que se extienden en el tiempo pueden ahogar en la monotonía y desasosiego a alguno de sus integrantes. Tal fue el caso de la mujer, la cual desconozco su nombre, pero no lo que le paso.

Cansada de la rutina que le ofrecía su matrimonio, empezó una aventura con otro hombre. Su amante, un militar retirado le ofrecía un escape y nuevas pasiones que pensaba olvidadas con sus años de casada, se sentía viva nuevamente. No pudo evitar enamorarse, y no concebía privarse de ese amor cuando volvía a casa a una vida que ya no quería cuando era consciente que podía tener algo diferente.
Tomo la decisión de divorciarse, y ese matrimonio de años acabo.

Poco tiempo después se casaría con su amante. Las personas que los conocía aseguran dos cosas: 1) Que era indudable que este la amaba sobre todas las cosas; y, 2) Que ese señor era un caballero, de modales impecables. Él amaba a los hijos de su nueva esposa, la amaba a ella y este amor se extendía a los niños. En ese nuevo hogar, todo parecía ir de las mil maravillas.

No obstante, se trata de un pueblo pequeño, y una cosa es cierta sobre este tipo de ciudades, todo el mundo quiere contar las cosas que pasan, sin saber realmente si es verdad o mentira.

Los rumores de que la mujer había empezado a salir con un nuevo hombre empezaron a llegar a los oídos del ex militar, el cual los desacredito en un inicio, pero los mismos continuaron llegando y de esta manera, algo se rompió dentro de ese antes caballero.

Ella llego a la casa en la que habitaba junto a sus hijos luego del trabajo. Normalmente él la esperaba para cenar juntos en familia, pero ese día se sentía todo diferente. Al llegar a casa, ella la noto especialmente vacía y especialmente callada. Su ahora esposo, la estaba esperando en la sala, y al llegar lo saludo, gesto que sería fríamente correspondido por su pareja.

Ella le pregunto dónde estaban los niños, a lo que este le pidió que lo acompañara a verlos en el sótano. Al bajar las escaleras, vio a sus dos hijos, amordazados y en el piso, escurriéndose como orugas.

Ella emitió un alarido. Su esposo le respondió golpeándola salvajemente. No le interesaba su versión de la historia, ya daba por hecho de que su mujer le era infiel, así como ella le fue infiel a su anterior marido.

El ex militar la golpeó salvajemente, con una ira impensable de alguien que era conocido en la sociedad como un caballero, a tal punto que la cara de su esposa quedo desfigurada y llena de sangre. Aprovechando lo débil que estaba a causa del maltrato, su marido la amarraría a una silla y la coloco en una posición en la que ella pudiera ver lo que sucedería a continuación.

El militar saco su pistola, que por su condición tenía derecho a portar, y frente a los ojos de su mujer asesinaría a los hijos que ella había tenido con su ex marido y él mismo había amado en su momento. También le disparo a ella, no sin antes decirle que ella no le sería infiel como lo había sido antes. El disparo no la mato, pero él no lo supo puesto que inmediatamente de haber propinado ese disparo a la mujer que había llegado a adorar, se suicidó en ese mismo acto.

Los cuerpos fueron encontrados la mañana siguiente por la señora de servicio del hogar quien contemplo la masacre producida la noche anterior y que llamaría a la ambulancia, a la policía y a dios mismo luego de ver todo lo sucedido.

La mujer no volvió a caminar, y las cicatrices de esa terrible noche la acompañaran toda su vida.

Todo lo ocurrido provoco que su ex esposo, el padre de los niños, la cuidará en ese difícil momento, y con el tiempo volvería a unirse como una pareja.

Juntos como se hallaban decidieron alejarse para siempre de esta ciudad, dejando su casa y el resto de bienes que la integraban a su venta. Pero el hecho era tan macabro y se volvió tan conocido que la casa estaba considerada maldita. Hay quienes dicen que esa noche el diablo se adueñó del cuerpo del militar retirado.
La casa se siguió ofertando, pero por los rumores de que estaba maldita, fue demolida con el tiempo, dejando la leyenda que en el ahora terreno todavía habitaban los espíritus de los niños que habían perdido la vida a causa de su padrastro.

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