¨No le teman el sufrimiento¨ fue una de las muchas frases que llegó a mí en un reciente seminario en la ciudad de Guayaquil. Me identifico con esta frase en particular ya que en una ocasión, estuve al borde de la muerte.
Fue una etapa de lucha contra la muerte en ese momento donde sólo podía aferrarme a la fe y esperanza. No fue fácil cuando me llegó la noticia de que me habían diagnosticado tuberculosis.
Con el cuidado de varias personas solidarias, logré recuperarme. En el proceso de recuperación, aprendí a valorar más mi vida. De esta experiencia aprendí a ser una persona resiliente, capaz de afrontar cualquier adversidad que se me presente.
A menudo, cuando estamos teniendo situaciones difíciles, generalmente hacemos la pregunta "¿Por qué a mí?" sin tomar en cuenta que algunas personas están en peor condición al mismo tiempo. Así que, sí te encuentras en situaciones difíciles, recuerde que el sufrimiento es parte del crecimiento y es solo temporal.
No suelo compartir eso pero entendí que detrás de mi historia, podemos aprender que eres el único responsable de tu propia vida ya que nadie puede vivir por ti.