Duelo médico... Hasta qué punto tenemos corazón de piedra???

El duelo; según los grandes neuropsicologos, es la reacción natural ante la pérdida de una persona, objeto o evento significativo. Se considera una reacción emocional y de comportamiento en forma de sufrimiento y aficción cuando un vínculo afectivo se rompe, es un proceso normal, que atravesamos ante la pérdida y no solo la relaciona con la finitud de la vida, puede presentarse ante varios escenarios como cambio de trabajos, mudanzas, separaciones, pérdida de objetos. Sin embargo, el episodio que mas nos hace atravesar el duello, sin duda es la temida muerte, para muchos religiosos, solo es la continuidad de la vida, para otros no tanto. Existen etapas de duelo, que se consideran no patológicas y que forma parte del curso natural de la respuesta ante la pérdida:

  1. Inicio o primera etapa, se caracteriza por un estado de choque más o menos intenso, hay una alteración en e afecto, con una sensibilidad anestesiada, el intelecto está paralizado y se afecta el aspecto fisiológico con irregularidades en el ritmo cardiaco, náuseas o temblor. La primera reacción es el rechazo, la incredulidad que puede llegar hasta la negación, manifestada por un comportamiento tranquilo e insensible, o por el contrario, exaltado. Se trata de un sistema de defensa.
  1. Etapa central: es el núcleo mismo del duelo; se distingue por un estado depresivo y es la etapa de mayor duración. Al principio, la imagen del desaparecido ocupa siempre y por completo la mente del doliente.
  2. Etapa final: es el periodo de restablecimiento. Comienza cuando el sujeto mira hacia el futuro, se interesa por nuevos objetos y es capaz de volver a sentir nuevos deseos y de expresarlos.

Entonces??? Qué pasa con el médico??? Según diccionarios de ciencias médicas de inicios del siglo XIX, afirman que, el médico, sino puede salvar a un enfermo, debe estar lejos de este cuando de su último suspiro; Sin embargo, nuestra ética nos dicta que se debe estar hasta el final y ser el fiel acompañante de cada etapa; a pesar que día a día el médico se enfrenta a la muerte, es el portador de malas noticias para los familiares, asume la batalla contra enfermedades mortales, debe mantener una actitud de seriedad y calma para poder darle a ese enfermo y familiares la tranquilidad que necesita en esos últimos momentos. Pero, qué pasa cuando dichas muertes, dichas noticias, marcan al profesional de tal forma que también asume esa pérdida o evento como suyo; en experiencia personal, me encanta la frase “Corazón de piedra”, hacer la coraza para protegernos a nosotros mismos, quizás son actitudes y destrezas que se van adquiriendo con el tiempo y se aprende con cada paciente, pero siempre llega el paciente que te hace tambalear, que hace que tu escudo se desmorone y es aquí donde nuestro cerebro nos traiciona y aparecen un sinfín de emociones y sentimientos que se escapan de lo que podamos manejar, es por ello que el apoyo psicológico para el personal debería incluirse de rutina en los centros de salud, ya que, si hay un médico sano y feliz, lo demás viene solo.

Entiendo cuando colegas se muestran con actitud impersonal y distante, cuantas veces no hemos escuchado “El Dr es odioso”, “El Dr. Es prepotente”… muchas afirmaciones de pacientes que se quejan por la apatía de algunos médicos, pero no es descabellado atribuirlo a un sistema de defensa, un escudo protector… Mi consejo??? Corazón de piedra colegas, brindar la mejor atención con una gran sonrisa en la cara y resilencia, aprender de cada paciente y dar lo mejor de nosotros para que nos quede satisfacción personal de que “Lo hicimos bien”…!

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