13 Vosotros sois la sal de la tierra: y si la sal se desvaneciere ¿con qué será salada? no vale más para nada, sino para ser echada fuera y hollada de los hombres.
14 Vosotros sois la luz del mundo: una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
15 Ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, más sobre el candelero, y todos los que están en casa.
16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen á vuestro Padre que está en los cielos.
Biblia Reina Valera 1602 (dominio público).
La sal ese elemento tan valorado en la antigüedad, como lo podemos comprobar en el libro de Levítico Capítulo 2 Versículo 13 donde dice “Y sazonarás con sal toda ofrenda de tu presente; y no harás que falte jamás de tu presente la sal del pacto de tu Dios: en toda ofrenda tuya ofrecerás sal.” Muestra de la importancia de ese elemento a nivel de culto religioso.
En términos culinarios es también muy importante pues permite el sazonar un buen platillo, de tal forma que hace agradable su sabor, pues bien, Dios nos da como ejemplo de cómo debemos ser como la sal que da sabor a los alimentos, no nos da opción de ser una sal insípida al gusto, sino nos indica, debemos ser la sal que da sabor a un guiso,
Los cristianos estamos llamados a ser la sal con sabor a verdad, paz, justicia y humildad, de tal forma que seamos ejemplo vivo, para que el que nos conozca y se relacione con nosotros, no para nuestra vanagloria, sino, por que así damos testimonio de nuestro amor a Dios y a las enseñanzas de Jesús.
Pero también nos llama a ser Luz, la Luz todos conocemos y que nos permite ver en la obscuridad cualquier defecto del terreno que pisamos de tal forma que no tropecemos, pues bien el pecado, el mal y el sufrimiento son obstáculos en medio de la obscuridad y Jesús nos pide que seamos portadores de la Luz de Cristo que ilumina el terreno en el que caminamos, pero más allá de eso, que seamos la luz que ilumina el camino de otros hombres para guiarlos en el camino de la salvación de la mano del amor de Dios.
No podemos dejar de reconocer que la Luz, puedes ser molesta para muchos, pues, al ser iluminados se percibirá el mal que tenemos en nuestros corazones y eso causara en muchos de nosotros molestia, lo cual se traducirá en rechazo para muchos de nosotros, pues puede traducirse en conflictos en el seno de la familia, de la sociedad y aun mas, tener consecuencias judiciales, para la persona, pero aun así, con todas sus consecuencias, por amor a Dios debemos convertirnos en lo que Jesús nos pide convertirnos en la “Luz del Mundo”.