Garnachas

En el capítulo 16 de la segunda parte de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, éste se encuentra con Don Diego Miranda, quien se queja de que su hijo no quiere estudiar leyes ni teología. A lo que después de un largo discurso, Don Quijote aconseja:

Sea pués la conclusión de mi plática, señor hidalgo, que vuesa merced deje caminar á su hijo por donde su estrella le llama, que siendo él tan buen estudiante como debe de ser, y habiendo ya subido felicemente el primer escalon de las ciencias, que es el de las lénguas, con ellas por sí mismo subirá á la cumbre de las letras humanas, las cuales tan bién parecen en un caballero de capa y espada, y así le adornan, honran y engrandecen como las mitras á los obispos, ó como las garnachas á los peritos jurisconsultos.

De acuerdo con el Diccionario de la lengua española, la primera acepción de la palabra garnacha es: “Vestidura talar que usan los togados, con mangas y un sobrecuello grande, que cae desde los hombros a las espaldas.” La segunda acepción se refiere a la persona que viste la garnacha. Las notas de la obra de Cervantes dicen que la garnacha es un “trage talar con mangas, própio de jueces, tanto que por garnacha suele entenderse juez, como por bonete clérigo, y por capilla fraile.” También dice que en 1579, Felipe II ordenó que lo llevasen los magistrados en los tribunales superiores.

TABARDO+SIGLO+XIV+SCIAPODA

En México, las garnachas con unas tortillas gruesas, fritas en manteca, a las que se les ponen frijoles, lechuga, crema y otros ingredientes como chorizo o papa o carne.

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