Mi frustrada vocación de abogada

Jueves 3 de octubre de 2024

Tu relación con las leyes

#Humanitas #Iniciativa

Cuando era joven, inocente e idealista, sentí que mi vocación era la abogacía, para poder defender la verdad y la justicia, y a las personas que necesitaran ayuda.

Pasaron los años, crecí y comprendí que mi país no era un lugar en el que podría ser una abogada exitosa y tener principios a la vez.

La justicia muchas veces no tiene nada que ver con las leyes, y las leyes no tienen nada que ver con la justicia.

Las leyes injustas han existido, existen y existirán siempre que un grupo reducido y con intereses sectarios sea el encargado de redactarlas y juzgarlas.

Por poner unos ejemplos extremos, en Inglaterra existía el "Derecho de Pernada", que consistía en el derecho que tenía el señor feudal de acostarse con la mujer de sus vasallos en la noche de bodas. Si bien se discute la veracidad de esa práctica, la realidad es que los vasallos no tenían derechos y sufrían abusos de todo tipo.

Algo más actual pero no menos aberrante se encontraba en el Código Civil Paraguayo, que permitía a niñas de 12 años contraer matrimonio con permiso de sus padres.

Entonces, me pregunto, ¿cómo es posible que haya leyes injustas, o que por "vacíos" legales o errores de procedimientos, una persona que se sabe que cometió un crimen sea absuelta?

Por lo tanto, creo en la justicia, pero no creo en la justicia de las leyes.

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