"No se turbe su corazón, crean en Dios, crean también en mí" (Jn 14,1)


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Estos días, por las circunstancias sociopolíticas que se han agudizado en nuestro país (Venezuela), han sido de mucha incertidumbre y zozobra, por lo que hemos sido tentados a sucumbir bajo el yugo de la tristeza, la angustia y la desesperanza. Es precisamente en estos momentos donde en medio de tanta oscuridad debemos acudir a quien para nosotros es Camino, Verdad y Vida (Jn 14,6), para que nos ilumine y fortalezca.

Él nos dice en el Evangelio que confiemos en Él, pues, como Hijo de Dios, ha venido no solo a traernos un mensaje esperanzador, sino que Él mismo es la Esperanza encarnada, la cual nunca nos defrauda (Romanos 5, 5). Como cristianos, hombres y mujeres de fe, estamos llamados a no desmayar ante las dificultades, obstáculos y/o contrariedades que la vida nos presenta, a no dejar que nuestros corazones sean vencidos por las tentaciones del desánimo y el desaliento.

Precisamente es en estas circunstancias donde nuestra fe debe brillar de manera muy particular, tanto en nuestras vidas personales como en nuestras familias y comunidades. Son circunstancias donde debemos ser semillas que alimenten la confianza, anclas que sostengan la esperanza y testigos del amor de Dios que no es indiferente al dolor y sufrimiento, al contrario, como Él mismo pasó por ellos, sabe del temple necesario que necesitamos cuando estos tocan a las puertas de nuestras vidas, por esta razón, también nos dice: "No se turbe su corazón ni se acobarde" (Jn 14,27).

Estamos viviendo momentos en nuestro país donde diversos temores y miedos, buscan hacer nido en nuestro ser, por ello, es necesario que en Dios descubramos la valentía de la fe, la cual expulsa todo temor y miedo, ya que hace encender en nuestros corazones la llama de la esperanza, que nos da las luces y el aliento necesario para a pesar de que la noche esté en su fase más oscura perseveremos con la confianza de un pronto amanecer.

Es por ello que estamos llamados todos a mantenernos unidos en la fe con el Señor, quien nos da la valentía necesaria para afrontar todo tipo de dificultades, también - y de manera especial - las actuales. Por eso, quisiera invitar, de manera concreta, a que estos días podamos intensificar nuestra oración por nuestro País, por la instauración de la verdad, la justicia y la paz. Al mismo tiempo, alimentar nuestro espíritu con las palabras de las Sagradas Escrituras que es "Luz en nuestro camino" (Salmo 119,105), en especial, las palabras de nuestro Señor en el Evangelio que nos invita a no tener miedo (Cfr. Mt 14,27) y de los profetas que nos muestran como Dios no es indiferente al sufrimiento humano, como lo refleja el libro de Jeremías, que se nos ha propuesto estos días en las misas, "Lo mismo que la arcilla en manos del alfarero, así están ustedes en mi mano, dice el Señor" (Jeremías 18,6).

De esta manera, cultivando estas actitudes, estaremos todos en sintonía y cultivaremos la mejor manera que actualmente tenemos para, desde nuestra fe, poder enfrentar estos momentos.

Dios nos bendiga a todos!

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