No hacer nada sin culpa

Vivimos en la era del cansancio, pero, al cansancio no se llega por suerte de magia, desde la era industrial hemos entrado en una dinámica de producción realmente avasallante y que en las ultimas décadas ha escalado a todas las áreas de la vida. Como bien diría Chul-Han la lógica del rendimiento ha socavado todo lugar, incluso los momentos de tiempo libre, lo que ha desencadenado una serie de problemas que tienen por consecuencia síntomas y síndromes psicológicos. No por nada se dice que el estrés y la ansiedad son las enfermedades del momento. Aunque la psicología no es mi área de conocimiento mi curiosidad en la rama de la neurociencia y la psicología positiva me ha conducido a través de muchas investigaciones y que hoy ha nacido la necesidad de expresar un poco a través de mi blog algunas ideas al respecto.

En mi defensa y disculpándome de antemano si hay poca rigurosidad en este asunto, pero, lo que leerás a continuación son las palabras de un curioso que intenta entenderse en su propio caos vital y que no pretenden ser una disertación seria, sino más bien un conglomerado de ideas en torno a la necesidad de reaprender a no hacer nada sin sentir culpa. Un ser humano que intenta reencontrarse con el ocio para salvaguardar su salud mental y el bienestar personal.

En mi intento de recobrar el ocio como una actitud vital de desintoxicación de la mente, me topé con algo que se llama Niksen, esto es básicamente una tendencia neerlandessa que precisamente viene a significar "no hacer nada" y que precisamente defiende la idea de controlar y reducir el estrés en esta vida sometida a cientos de estímulos por segundo.

Hoy por hoy estamos arrojados al mundo del hiperestímulo y que es necesario controlar nuestra mente y entorno lo mejor posible en pro de nuestra salud mental. De momento, me encuentro explorando como me sienta el Niksen en mi vida, de momento intento dos veces por día tomarme unos minutos y sencillamente no hacer nada, realmente no hacer nada.

Me alejo de todos los dispositivos digitales como teléfono y laptop, me siento o me acuesto y intento mirar un punto fijo en la pared o en el techo y sin más quedarme algunos minutos así, desconectado de mi entorno e intentado dejar pasar los pensamiento que puedan surgir, con suerte son pocos los pensamientos que se arrojan sobre mí.

Todo esto surge porque últimamente he estado terriblemente desperdigado, y siento que he perdido el rumbo entre tantas cosas, mi mente sobre estimulada saturada de la realidad y del mundo necesita un respiro. Además, mi productividad ha decrecido mucho, mi energía parece irse más rápido cada día y mi concentración esta totalmente desencajada. Así que he decidido parar mi vida como la he venido llevando, esta publicación no es más que un punto final al periodo actual en mi vida.

Estimado lector, si te sientes identificado en parte con la idea de vivir en un mundo que nos sobre estimula espero puedas controlar la pulsión de la realidad y ser más ocioso en el sentido de recobrar la calma y la tranquilidad. En las zonas azules (Ikaria, Okinawa, Región de Ogliastra, Loma linda y Nikoya) uno de los factores altamente positivos es una vida alejada del estrés. Personalmente he decidido adoptar una nueva máxima a mi vida, a modo de imperativo categórico:

"Una vida acelerada es una vida que no se saborea".

Marian Rojas-Estapé


Mantente curioso!





Portada elaborada con CanvaPro


| X | Instagram | Medium |Telegram | LinkedIn | INLEO |

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
Join the conversation now
Logo
Center