La crisis climática: una oportunidad para repensarnos

Para el tercer día del mes, lainiciativa nos invita a reflexionar sobre el clima y quiero proponer una visión que pueda darnos un horizonte de sentido con cierta amplitud, entendiendo lo más enteramente el problema de la crisis climática como un asunto más complejo de lo que podemos creer.

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Sin más preámbulo, acompáñame en esta breve disertación, y siguiendo lo dicho hace tan solo un par de líneas, hay que entender que la crisis climática no es solo un fenómeno ambiental; hay que contemplarlo como lo que realmente es, un problema realmente amplio que por un lado interroga nuestras creencias, valores y por otro lado nos pone frente a la relación que mantenemos con la naturaleza. Desde una perspectiva filosófica, puede surgir la pregunta: ¿Cómo hemos llegado a este punto y qué implicaciones tiene para nuestra ética y nuestra forma de vida?

Como siempre la filosofía nos invita a reflexionar sobre la realidad de nuestra situación, cuestionando tanto nuestras acciones como nuestras percepciones del mundo natural y sobre todo nos pone en cuestión los sistemas vigentes con los que interpretamos el mundo. En otras palabras se revela así mismo como un profundo espejo de nuestra condición humana, como una especie crisol donde se funden nuestras creencias sobre la naturaleza, nuestra manera de concebir y edificar lo social y nuestra visión de futuro, es decir, nos obliga a cuestionar los fundamentos mismos de nuestra civilización.

Históricamente, la filosofía ha influido en cómo percibimos la naturaleza. hay corrientes que han hecho que percibamos el mundo natural como un recurso a disposición del ser humano, lo que ha llevado a una explotación desenfrenada de los recursos naturales. Tener esta visión utilitaria ha contribuido al deterioro ambiental y al cambio climático, planteando la necesidad de reevaluar nuestra relación con el entorno.

Es válido pensar que la filosofía occidental ha mantenido durante mucho tiempo una visión antropocéntrica, donde la naturaleza era considerada como un mero objeto. Sin embargo, la crisis climática nos obliga a replantear esta relación. Creo que debemos considerar a la naturaleza como algo mas que objeto pasivo, sino que podemos pensarla como un sistema complejo y dinámico, sistema del que formamos parte inseparable.

En este sentido me pregunto ¿Podremos crear una corriente ecofilosófica? para que sea la rama encargada de buscar una nueva relación entre el ser humano y la naturaleza, que en el fono nos invite a reconocer nuestra interdependencia con el mundo natural y sobre todo nos conduzca a adoptar una ética ambiental que valore intrínsecamente a todos los seres vivos por igual y no edificar sistemas de pensamiento jerárquico donde las cosas sean solo un recurso utilitario.

Todo esto desemboca en un problema que ha estado en la mira de muchos estás últimas décadas, una crisis de la realidad. Por eso la filosofía ha enfrentado un desafío en la forma de entender la "realidad". Creo que la crisis climática exige que reconozcamos la urgencia de los hechos científicos, pero también nos confronta con el climatoescepticismo y la desconfianza en la ciencia. Por que en este contexto hay que pensar en que la crisis climática es realmente una "crisis de la realidad", donde los conceptos de verdad y hecho son y siguen siendo cuestionados, dificultando así la acción colectiva necesaria para enfrentar el cambio climático.

Creo que todas las campañas publicitarias en este sentido han apuntado a donde no deberían apuntar, con esto me refiero a que se han propuesto programas de reutilización, de reciclado, de usar elementos más amigables con el medio ambiente de manera individual, por ejemplo, el no usar más bolsas de plásticos, sino de poseer bolsas reciclables a la hora de hacer mercado, Pero, todas las campañas e iniciativas apuntan al individuo y no es que sea algo malo, realmente es algo útil pero, en sentido estricto, no es nada significativo, lo que nos asoma a la indecible absurdez de las campañas ecológicas. Por ejemplo:

Se habla de no usar más plástico ya que todos los desperdicios plásticos terminan contaminando los mares, afectando a los ecosistemas marinos. Así que grandes empresas como la Coca-Cola ha tenido la idea de implementar la utilización de botellas retornables de vidrio, lo que parece ser más amigable con los océanos, pero, dejamos en un segundo plano otro problema ambiental tan crítico como la contaminación de los mares. Y me refiero al acceso al agua dulce, cada vez es menor y se dice que las futuras guerras serán por el vital liquido.

¿Sabes cuantos litros de agua se usan para producir un litro de Coca-cola? Si no me equivoco y son 12 litros de agua por cada litro de Coca-cola. Cosa que me parece realmente absurdo el continuar con esto sistemas de producción. Sin mencionar los problemas de salud que el consumo de bebidas como la Coca-cola han afectado a los seres humanos. Lo que me hace pensar en el verdadero asunto del problema, el sistema de consumo tal cual o conocemos.

Si queremos hacer algo por el el ambiente en pro de conservar un mundo habitable, hay que apuntar al sistema y no a los individuos, quienes cargan con la culpa y la responsabilidad, cuando realmente no es así. Lo que me hace pensar que la crisis climática nos desafía a construir una nueva narrativa sobre el futuro de la humanidad.

Una narrativa que reconozca nuestra interdependencia con el mundo natural, que promueva la justicia ambiental, que celebre la diversidad de la vida. Esta nueva narrativa debe ser capaz de inspirar a millones de personas a actuar y a transformar sus vidas y sus comunidades.

Y aunque una reflexión desde filosofía sobre este asunto nos puede llevar a considerar la ética de nuestras acciones. Ya que no somos de todo responsables del cambio climático, sino que el sistema sostiene en gran medida la culpa. Pero la cosa se ameniza si todos compartimos la responsabilidad de actuar.

Así que nunca esta de más una reflexión ética que nos invite a cuestionar nuestras prácticas cotidianas a la vez que nos invite a reflexionar el sistema de producción en el cual vivimos y a buscar alternativas que sean sostenibles y justas. En este sentido pienso que las humanidades, juegan un papel realmente crucial en este proceso, ofreciendo nuevas perspectivas y enfoques que pueden enriquecer el diálogo sobre la crisis climática.

Pienso que no tenemos mejor llamada a la acción que la misma crisis climática, y es no solo una oportunidad para repensar nuestra relación con el mundo y construir un futuro más sostenible y equitativo, sino también, la oportunidad filosófica de reinventar el sistema, y encontrar un nuevo sentido en un mundo cambiante.


Mantente curioso!




Porada creaada con CanvaPro


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