This content was muted by Cervantes moderators for not following community guidelines.

La tía


Fuente

 

Era uno de esos poblados, que se solo lo conocen las personas que lo habitan, olvidado por el tiempo, el espacio y olvidado por los habitantes del lugar, se encontraba en un morro, la mayoría de las casas eran viejas otras ya abandonadas por gente que se quiere superar en las grandes ciudades y olvida sus raíces, costumbres y mitos del lugar.

Doña Matilde, había vivido toda la vida en la prolongación seis niños tenían consigo. Cierto día le pidió a su hijo mayor que le llevara unos mandados a su tía una vieja amargada que vivía arriba en el cerro, la vieja era horrenda y se decía que practicaba artes oscuras. Francisco tomó la caja y se dispuso a llevarle la encomienda a su tía.

-Tenga Tía, aquí esta todo lo que pidió.

La vieja revisó tres veces la caja, cerciorándose que el chico no le haya robado nada.

Esa noche hizo un frio terrible y Doña Matilde sufriendo de pulmonía no lo resistió dejando solo a sus hijos al cuidado de la vieja tía. La vieja les hacia trabajar les golpeaba a diario siempre les hacia sufrir, por las noches oían lamentos y ruidos en la casa.

Un día como de costumbre la vieja salió y Francisco junto con Carmen velaban de sus hermanos, afuera en la sala se oían como el arrastrar de cadenas y parecía que había un tropel en la cocina.

-Vamos a ver que es.

El chico atemorizado no quería salir.

–No y si es mí tía y nos muele a golpes.

Los chicos se armaron de valor y abrieron la puerta pero al hacerlo, un fuerte viento huracanado entró a la habitación despertando a los chicos que dormían, el viento hizo volar a uno de ellos y lo lanzo disparado por la ventana.

Se escuchó un grito, a lo mejor el niño había muerto. Corrieron a la sala, pero todo estaba cerrado, una figura encapuchada apareció frente a ellos, solo se le veían dos enormes colmillos blancos.

-Vengan pequeños. -Gritaba una voz tras ellos, era su madre rodeada por un coro de ángeles.

Uno de los niños corrió en dirección al encapuchado este atrapándolo con sus manos, lo introdujo en su boca, robándole su aliento, la sangre del pequeño corrió por sus colmillos blancos.

Su madre gimió de dolor.

–Vengan hijos, Dios les promete vida.

El encapuchado rugió.

-Yo les prometo vida.

Al quitarse la capucha era su tía, queriendo robar el alma de sus sobrinos, metiéndose las manos en sus garras, sacó al niño sano y salvo.

–Dame tu alma y vivirás.

El pequeño ya habiendo probado el sabor de la muerte entregó su alma y se convirtió en una figura distante y de pálido rostro.

Carmen temblorosa entregó su alma, Francisco y sus otros hermanos fueron con su madre y vivieron en ese momento, el infierno llegó a la casa de la vieja y fue arrastrada por el mismo diablo a las eternas llamas.

El niño que fue arrojado por las ventanas cayo al fondo de un rio y fue rescatado por unos pescadores, nunca supo que pasó con sus hermanos y poco a poco fue olvidando la historia.

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
Join the conversation now