Un concierto clásico: ¡Vivaldi al aire libre!

Fotografía de mi galería personal

Me gusta el rock, el blues, el jazz, me gustan también el flamenco y los boleros, el tango y el folk; por eso, siempre he dicho que me gusta la música en general, pero creo que no se puede hacer esa aseveración si uno no disfruta también la música clásica, anterior a todos estos géneros y con muchísima más historia. En los últimos años, comencé a escuchar música clásica para estudiar o relajarme y llegué a reconocer ciertas melodías muy famosas, incluidas en series de tv y películas, pero hasta este año, nunca había ido a un concierto clásico.

En el lugar

En enero tuve la oportunidad de oír la Novena sinfonía de Beethoven y asistir a un concierto de cámara, ambos espectáculos en el Teatro Municipal de Santiago Fueron experiencias increíbles que me acentuaron el amor por la música clásica. Por eso, cuando unas semanas más tarde, concretamente el 18 de Enero de este año, supe que se iba a ofrecer un concierto clásico al aire libre, supe que tenía que estar allí.
El Teatro Municipal de Las Condes, acá en Santiago de Chile, organizó en esa fecha un concierto en el Parque Juan Pablo II. Bajo la dirección del ruso Denis Kolobov, una orquesta de veinte músicos, interpretaría Las Cuatro Estaciones de Antonio Vivaldi. Para quienes no lo sepan, se trata de un grupo de cuatro conciertos para violín y orquesta, compuestos hace tres siglos (!) dedicados cada uno de ellos a una estación, Primavera, Verano, Otoño e Invierno, ¿habían pensado alguna vez en cómo sería la musicalización de la primavera, por ejemplo? ¿qué tiempos usar? ¿qué notas tocar? ¿y el verano? ¿y el invierno? ¿es posible retratar la naturaleza a través de la música? ¿habían pensado algo así?

Pues, Antonio Vivaldi se planteó estas preguntas y las respondió en su obra Las Cuatro Estaciones, la cual además acompañó con un poema introductorio para cada una de las cuatro partes. Estos poemas fueron leídos en el concierto en Las Condes, entre una pieza y otra que a su vez fueron acompañadas por imágenes alusivas a cada estación, proyectadas en tres pantallas gigantes. Kolobov hizo de maestro de ceremonias, además de Director de la orquesta, animando los interludios, pero lo que remató la jornada con un toque perfecto, fue que, como fue en verano y anochecía tarde, todo se coordinó para que la noche cayera justo en el momento en que inicio la úlitma parte.

Para quienes no lo han oído, ese es el concierto de Las Cuatro Estaciones, presentado en el Teatro Municipal de Las Condes, dirigidos por el mismo Kolobov. Ahora bien, imaginen ese mismo concierto, con esas imágenes, pero al aire libre y que a medida que transcurran los minutos, mientras paseamos por las melodías de cada estación, la tarde cae y llega la noche para despedir la obra en la oscuridad. Es una expeiencia única, sin dudas. Si alguna vez tienen la oportunidad de asistir a un concierto de música clásica, háganlo, si es al aire libre, mejor. Y para quienes no pueden, les recomiendo esto: cuando las condiciones sanitarias lo permitan, vayan a un parque y escuchen con auriculares, esta obra de Vivaldi en su teléfono, mientras disfrutan de la naturaleza. Después, me cuentan.

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