Tu mirada (Poema Original): sobre los ojos y el silencio

"...Sublime y dulce tu mirada
volvió a fijarse en mí al pasar"

¿Han oído la expresión "si las miradas mataran..."? Esta y otras frases hacen referencia al poder comunicativo que tienen los ojos. Si decir nada, una persona puede transmitir un mensaje claramente a través de una mirada, sobre todo si se entiende con su interlocutor, si hay cariño y confianza de por medio. Pero, ¿qué ocurre cuando frente a la mirada expuesta hay un ser ansioso y romántico como el poeta adolescente detrás de estos versos? Enamorado, la ha visto pasar un montón de veces, ha observado la forma que tiene ella de caminar y cómo sonríe ante las cosas simples de la vida. De pronto, un día, mientras él la oberva, ella vuelve sus ojos y lo mira, no una sino dos veces. Por unos pocos segundos hay dos esferas celeste en conexión directa con sus similares de color café, pero ¿qué les dicen? ¿es una mirada amable, receptiva, una invitación? ¿un reclamo, un "atrévete", una despedida? ¿sus ojos indican molestia, resignación, impulso? ¿cómo interpretar el gesto si aún no la conoce lo suficiente? En esa confusión, entre el deseo de interpretar la vista de aquellos ojos como la respuesta a una pregunta no formulada y el miedo de malentender el gesto y tomarse libertades no otorgadas, el poeta tomó lápiz y papel y escribió estos versos:


“Tu mirada”

Sublime y dulce tu mirada
volvió a fijarse en mí al pasar
no pretendas que no pasó nada
te vi mirarme tras el cristal.

Dime qué quisiste decirme
exactamente aquella tarde
si disculparte por herirme
o reprocharme el ser cobarde.

Mas quizás lo que realmente
quisiste hacerme entender
es que dentro también sientes
como yo una llama arder.

Sea cual sea la razón
por la que tú me miraste
no lo hagas más que el corazón
puede pensar que me amaste.

Cierra tus ojos y dulcemente
abre tu boca y deja aflorar
las cosas que dentro sientes
las que tu corazón quiere gritar.

Vamos niña, no tengas temor
dejemos a un lado la cobardía
dejemos que sea este amor
quien abrace tu alma a la mía.

Y entre mis brazos callarás
y no me dirás más nada
tan sólo amor me mirarás
y lo dirás todo con tu mirada.

Escrito por @cristiancaicedo en 2003


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