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Uno puede no leer un libro que no le guste, si una pintura no llama la atención, puedes simplemente voltear la cabeza para otro lado y continuar con tu vida. En cambio la música, por sus cualidades físicas es inevitable. En un bar, en la calle, o en el transporte público. Uno no siempre elige la música que escucha.
De repente el pié se empieza a mover solo, y la cabeza empieza a seguirlo. Así, uno cae en la realidad de que la melodía está despertando algo en nosotros. Muchas veces, con rechazo incluso, nos encontramos tarareando bandas que no nos gustan. La música es muy magnética. No solo tiene un impacto en nuestra psiquis sino que genera esos movimientos involuntarios marcando el ritmo.
Obviamente la música es arte y requiere un virtuosismo y una creatividad bastante elevadas. Pero para mi como usuario y oyente, la música tiene fines casi terapéuticos. Mis gustos musicales con los años fueron variando. Incluso me atrevo a decir que de manera bastante pintoresca. En mi niñez, rodeado del entorno familiar, consumía algo de música extranjera de los 80 y algo nacional. Aunque hubo un espacio en blanco donde la música secular fue prohibida del catálogo por motivos religiosos. Así que mis opciones de consumo en la edad temprana fueron bastante limitadas. En mi adolescencia, con la rebeldía natural de éstas étapas obviamente me hice fanático del metal mas oscuro y pesado posible. Inicialmente solo para molestar a mi familia, pero me gusta bastante, sobre todo el power metal y el metal progresivo. Géneros sumamente armoniosos, pero bastante rápidos y complejos. El metal lo escucho cuando estoy cansado o tengo una jornada larga. Me puede sacar de estados de cansancio sin duda, lo utilizo para esto específicamente. Aunque a veces lo escucho por placer, obviamente.
Con el tiempo mis gustos fueron mutando a cosas más suaves. Tuve una etapa de rock nacional argentino. Sui Generis, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, La Renga, Viejas Locas tengo posts sobre música Argentina en mi perfil y se los recomiendo, hay algunas cosas maravillosas. En esos post hice una selección excepcional. En la comunidad de Hive Argentina busco, junto a mis compañeros moderadores, promover la cultura nacional. Aunque como la Argentina misma, nuestras fronteras están abiertas y nuestras iniciativas son de convocatoria amplia.
Como metalero, acá en Argentina está mal visto escuchar cumbia y otros géneros más tropicales y bailables. Aunque los metaleros odian a todo lo que no sea metal. Hablo de manera general y por mi experiencia, posiblemente sesgada. Pero es anormal que escuche cumbia, que estos últimos años le descubrí un uso terapéutico y relajante sin igual. En momentos de mucha actividad, tensión y tareas acumuladas o en simultáneo la cumbia es mágica. Controlo mucho mis emociones y noto cuando la tensión y el estrés aumentan. La cumbia resultó una medicina muy efectiva a la hora de aliviar la tensión sea cual sea la causa.
Con el tiempo descubrí que cualquier manifestación musical puede potencialmente ser interesante. Que todo es una cuestión de momentos en la vida, somos personas que cambian constantemente y es normal que nuestros gustos acompañen estos cambios. En este sentido creo que el prejuicio a diferentes géneros nos pone barreras en el disfrute.
Y creo que nada amerita alejarnos de las cosas sanas que nos hacen bien.
Muchas gracias por leerme amigos! Espero que les haya gustado mi punto de vista sobre el tema.
You can't read a book you don't like, if a painting doesn't catch your attention, you can just turn your head away and get on with your life. Music, on the other hand, because of its physical qualities is unavoidable. In a bar, on the street, or on public transport. You don't always choose the music you listen to.
Suddenly your foot starts to move on its own, and your head starts to follow it. Thus, you realize that the melody is awakening something in you. Many times, even with repulsion, we find ourselves humming songs we don't like. Music is very magnetic. It not only has an impact on our psyche but it generates those involuntary movements marking the rhythm.
Obviously music is art and requires quite a high level of virtuosity and creativity. But for me as a user and listener, music has almost therapeutic purposes. My musical tastes have varied over the years. I even dare to say that in a rather picturesque way. In my childhood, surrounded by my family, I consumed some foreign music from the 80s and some national music. Although there was a blank space where secular music was banned from the catalog for religious reasons. So my consumption options at an early age were quite limited. In my adolescence, with the natural rebellion of these stages, I obviously became a fan of the darkest and heaviest metal possible. Initially just to annoy my family, but I like it a lot, especially power metal and progressive metal. Extremely harmonious genres, but quite fast and complex. I listen to metal when I'm tired or have a long day. It can definitely get me out of states of tiredness, I use it specifically for this. Although sometimes I listen to it for pleasure, obviously.
Over time my tastes were mutating to softer things. I had a stage of Argentine national rock. Sui Generis, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, La Renga, Viejas Locas I have posts about Argentine music on my profile and I recommend them, there are some wonderful things. In those posts I made an exceptional selection. In the Hive Argentina community I seek, together with my fellow moderators, to promote national culture. Although like Argentina itself, our borders are open and our initiatives are broad-based.
As a metalhead, here in Argentina it is frowned upon to listen to cumbia and other more tropical and danceable genres. Although metalheads hate everything that is not metal. I speak generally and from my experience, possibly biased. But it is abnormal for me to listen to cumbia, which in recent years I have discovered a therapeutic and relaxing use without equal. In times of a lot of activity, tension and accumulated tasks or simultaneously, cumbia is magical. I control my emotions a lot and I notice when tension and stress increase. Cumbia turned out to be a very effective medicine when it comes to relieving tension whatever the cause.
Over time I discovered that any musical manifestation can potentially be interesting. That everything is a matter of moments in life, we are people who constantly change and it is normal for our tastes to accompany these changes. In this sense, I think that prejudice against different genders puts barriers in our way of enjoyment.
And I think that nothing justifies keeping us away from healthy things that are good for us.
Thank you very much for reading me, friends! I hope you liked my point of view on the subject.
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