Este reto de 30 días de agradecimiento me ha permitido agradecer muchas más cosas de las que agradezco cada día y que a veces damos por sentado. Es un ejercicio profundo en el que valoro todo lo que me rodea, lo que me pasa y lo que vivo.
Los días llevan una prisa que sorprende, ya tengo ocho días en el reto y siento que la semana pasó volando; al releer mis publicaciones de esta semana, me satisface saber cuántas cosas hermosas y valiosas tengo para agradecer y sigo feliz en esta onda de gratitud.
Hoy, agradezco por mis oídos, por todo lo que puedo oír y escuchar.
Gracias a mis oídos puedo oír los sonidos de la naturaleza, la lluvia caer, el oleaje del mar en su ir y venir, el trinar de los pájaros, el ladrido de mis amados perros. También puedo oír ruidos que en algún momento pueden desagradarme y es entonces cuando valoro más el sonido del silencio.
Dicen que los que no ven desarrollan mucho más el oído, pues gracias a mi miopía tengo un oído muy fino y puedo descifrar lo que para algunos es solo un susurro (jajaja)
Agradezco por mis oídos porque con ellos puedo escuchar. Amo y agradezco poder escuchar atentamente a mi madre, aunque me repita lo mismo muchas veces, mejor escucharla ahora que llorar por su voz luego.
Amo y agradezco poder escuchar a mi esposo y a mi hija todos los días y poder escucharlos en nuestras tertulias y reuniones de mesa.
Amo y agradezco poder escuchar a toda mi familia reunida hablando todos a la vez.
Amo y agradezco poder escuchar buena música y transportarme en las preciosas notas del Concierto de Aranjuez, por ejemplo:
Agradezco por mis oídos porque con ellos he podido escuchar a todas las personas que se me acercan sin conocerme para desahogar sus penas o para contarme sus alegrías.
En la época en la que los taxis abundaban, yo era una usuaria asidua y siempre, siempre los taxistas me hablaban de sus vidas, de sus emociones,de sus desasosiegos y pesares, también de sus logros y de sus días buenos; así me di cuenta de que existe gente que necesita hablar y ser escuchada, solo eso, sin más pretensiones, sin importar si conocen o no a su interlocutor.
Agradezco profundamente y deseo que mis oídos puedan escuchar con empatía y atención y así ayudar, servir siempre a todas las personas que puedan necesitarlos.
Cuando vivimos agradecidos no nos falta nada, todo es suficiente.
¡Gracias, gracias, gracias!
En esta plantilla que nos compartió @vaneaventuras dejo los motivos que agradeceré cada día.
¿Y para ti qué es agradecer?
Si quieres unirte a este reto de agradecimiento diario, aquí puedes leer las bases.
Las fotos son de mi propiedad. Los separadores y el banner son mis diseños en Powerpoint y Canva.