Y tomé vuelo a un cielo que no me perteneció y nunca me pertenecerá, me fundí en tu cuerpo aún sabiendo que jamás ibas a extrañar el calor del mío, me arriesgué a soñar estando consciente que en algún momento tendría que despertar, me arriesgué a ser feliz tomando unas manos que jamás iban a echar de menos las mías, me perdí en unos ojos que nunca se detuvieron ni tan siquiera a mirar los míos, te acaricié el alma aunque sabía que otras caricias eran las que te llenaban.

Me arriesgué y te escribí miles de poesías

Me arriesgué a amarte aunque no me correspondías

Me arriesgué porque después de todo ya no tenía nada que perder, pues con el solo hecho de no tenerte ya lo había perdido todo. Y es que el amor se trata de eso, arriesgarse sin importar las consecuencias, sin esperar nada a cambio... Y si, me arriesgué y aunque hoy tenga que rendir cuentas a este dolor, mi alma jamás arrepentida estará...