En la tierra de hojas verdes y sol naciente,
Surge la historia de una flor resplandeciente.
Sakura Haruno, de corazón valiente,
En el jardín de la vida, su destino se presenta.
En su juventud, como capullo cerrado,
Guardaba secretos, sueños anhelados.
Con manos hábiles y mirada decidida,
Caminaba hacia el sol con fuerza compartida.
Entre maestros y amigos, creció Sakura,
Aprendió a ser fuerte, con alma segura.
De cabellos rosados, como pétalos suaves,
Su esencia florecía, rompiendo mares bravos.
En la senda del ninja, desafíos surgieron,
Lágrimas y risas, amores florecieron.
Sakura, la guerrera de fuerza interior,
Demostró al mundo su valía, con fervor.
Ante el amor no correspondido, persistió,
Con determinación, su corazón latió.
De la mano de la amistad, se fortaleció,
Como sakura en primavera, floreció.
En la batalla, su frente no se inclina,
Con puños de fuerza y mente divina.
El lazo con sus compañeros, fuerte y eterno,
Sakura Haruno, un símbolo fraterno.
En la historia, su nombre resonará,
Como la flor que en el viento danzará.
Sakura, la guerrera de hojas y flor,
De la aldea oculta, su leyenda con ardor.
Así concluye la epopeya de Sakura,
La flor que desafió la oscura penumbra.
En el lienzo de la vida, un retrato genuino,
Sakura Haruno, símbolo eterno y divino.
Este poema es original de mi propia autoría y la imagen fue realizada utilizando una plantilla de canva pro para hacer la miniatura.
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