Las rayas negras y blancas

Tu pasado emblemático que alegra mis mañanas, pone en pausa mis pensamientos. Al levantarte y fortalecer tu visión, logras en mi, ordenar mis constantes laberintos mentales.

Tus ojos, casi transparentes, siguen con curiosidad y jocosidad a esos chiquitos que corren por la calle, quieres jugar con ellos, porque la inocencia que te inunda es mucho más fuerte que tu carácter decidido.

Si te pasas un poco de la mano, no existe en ti remordimiento alguno, tu solo continuas con tu vida, porque lo que hiciste, ya paso. No hay porque quedarse. Tu aprendizaje lo tomaste y lo llevaste contigo.

Cada mañana al marcharme, veo tu gesto lleno de nobleza. Esa nobleza que te ha caracterizado desde que te vi. Al regresar, cuando tus labores has terminado, me vas a recibir. Muchas veces me notas triste, pero a ti no te importa, tu sigues siendo la que necesitas ser, para hacerme feliz.

Si supieras lo contento que me haces, no lo creerías.

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
Join the conversation now