"AT&T ha hecho todo lo posible por ayudar al gobierno de EE.UU. a espiar, esencialmente, todo el tráfico de Internet".
"La historia de vigilancia más importante que verá durante años se acaba de publicar en línea, revelando cómo AT&T se convirtió en el mayor enemigo de Internet, colaborando secretamente contra sus clientes y socios para destruir tu privacidad".
Así fue como el denunciante de irregularidades y defensor de la privacidad, Edward Snowden, reaccionó a la publicación de una explosiva publicación por parte de The Intercept el lunes, que revela por primera vez cómo los edificios AT&T de tipo "fortaleza" ubicados en ocho grandes ciudades de Estados Unidos han jugado un papel central en un programa de espionaje masivo de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) "que ha monitoreado durante años miles de millones de correos electrónicos, llamadas telefónicas y charlas en línea a través del territorio de Estados Unidos".
"Es revelador y ominoso hasta qué punto esto está ocurriendo aquí mismo en suelo estadounidense", dijo Elizabeth Goitein, codirectora del Programa de Libertad y Seguridad Nacional del Centro Brennan para la Justicia, en una entrevista con The Intercept. "Pone una cara a la vigilancia que nunca antes se nos había ocurrido en términos de edificios e instalaciones reales en nuestras propias ciudades, en nuestros propios patios traseros".
El detallado informe de The Intercept -basado en una gran cantidad de pruebas que incluyen registros públicos, documentos clasificados de la NSA y entrevistas con antiguos empleados de AT&T- muestra cómo el gigante de las telecomunicaciones ha ayudado voluntariamente a la NSA a recopilar los datos de sus propios clientes y los de otras empresas, gracias a sus "relaciones únicas con otros proveedores de telefonía e Internet".
Según los reporteros de The Intercept, Ryan Gallagher y Henrik Moltke, autores de la publicación del lunes, 8 centros de AT&T -conocidos como "sitios de interconexión" (peering sites)- en Atlanta, Chicago, Dallas, Los Ángeles, Nueva York, San Francisco, Seattle y Washington, D.C. "cumplen una función específica, procesando los datos de los clientes de AT&T y también transportando grandes cantidades de datos de otros proveedores de Internet".
Estos edificios tipo fortaleza de AT&T a lo largo de EE.UU. son centrales para un programa secreto de la NSA que ha monitoreado miles de millones de comunicaciones, según revelan los documentos y fuentes. https://t.co/YiIo0ZA8lB pic.twitter.com/q5qjl7jKqh -- The Intercept (@theintercept) 25 de junio de 2018
"Las ocho ubicaciones aparecen en un mapa secreto de la NSA, que muestra las instalaciones de Estados Unidos en las que la agencia confía para uno de sus programas de vigilancia más grandes, llamado FAIRVIEW", escriben Gallagher y Moltke. "AT&T es la única compañía involucrada en FAIRVIEW, que fue establecida en 1985, de acuerdo con documentos de la NSA, e implica la conexión de cables de telecomunicaciones internacionales, enrutadores y conmutadores".
El informe continúa:
En 2003, la NSA lanzó nuevos métodos de vigilancia masiva en Internet, que fueron pioneros bajo el programa FAIRVIEW. Los métodos fueron utilizados por la agencia para recopilar -dentro de unos meses- unos 400.000 millones de registros sobre las comunicaciones y actividades de la gente en Internet, según informó anteriormente The New York Times. FAIRVIEW también estaba enviando más de un millón de correos electrónicos cada día a un "sistema de selección de palabras clave" en las oficinas centrales de la NSA en Fort Meade.
En el centro del espionaje en Internet se encuentran ocho sitios "complejos de enrutadores de enlaces de interconexión", que se encuentran en el mapa secreto de la NSA. Las ubicaciones de los sitios reflejan mapas de las redes de AT&T, obtenidos por The Intercept de registros públicos.
Fight for the Future (FFTF), un grupo abierto de defensa de Internet, reaccionó con alarma al reportaje de The Intercept del lunes, escribiendo en Twitter, "AT&T ha hecho todo lo posible por ayudar al gobierno de EE.UU. a espiar, esencialmente, todo el tráfico de Internet".
"Las gigantescas compañías de telecomunicaciones no son sólo 'anti-consumidores', sino que están ayudando activamente a los gobiernos autoritarios e impulsando políticas que ponen en peligro la libertad de expresión", concluyó el FFTF.