El lado oscuro de los medios

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Mientras el país venezolano se hace pedazos, los medios parecen seguir una línea indestructible, en coherencia con la tendencia mundial. El progresismo está detrás de cada noticia, de cada titular y cada acto polémico sin que las masas, aficionadas a no leer el contenido y mucho menos entenderlo, reaccionan como animales domesticados, incapaces de discernir entre la lluvia informativa que reciben.

Recientemente, un artículo salió a la luz con el nombre de "El lado oscuro de Kolinda Grabar", tratando de contrarrestar la buena apariencia que dio su presencia en el mundial. Como siempre, no bastaron los típicos epítetos de la izquierda para describirla.

"¡Fascista!" le gritan a todo aquel que piense diferente al progresismo, transformando la supuesta tolerancia en su reflejo antagónico. La crítica se sostiene en la construcción de barreras para inmigración ilegal, una medida que su par, Donald Trump, vociferó contra México. Curiosamente la palabra «ilegal» parece invisible cuando se habla de la migración. ¿Acaso cada país no tiene derecho a una migración selectiva?

Veamos los resultados, en Venezuela, la entrada de extranjeros de forma selectiva en los años 40 y 50, dieron resultados en una clase comercial y trabajadora, pero luego del periodo andino, la migración sin control, se tradujo en una disminución de la calidad de vida y en el crecimiento de viviendas en zonas de alto riesgo o no urbanizadas.

¿Qué ocurre en Europa? Acaso no han ido creciendo en influencia política los grupos islámicos. Ya no solo se conforman con exportar su religión, también están ingresando a los puestos de poder. El terrorismo provocado por grupos supuestamente "nacionalistas" pero con una gran carga ideológica socialista, tambiéjn hace vida en la Unión Europea, aunque con menor difusión.

Los medios, sin embargo, parecen estar de acuerdo, consciente o incosncientemente, en que la tendencia es lo más importante y con ello llevan al mundo a un riesgo latente. El terrorismo tiene vida gracias a la magnificación de los medios porque, justamente, cada ataque terrorista tiene un fin mediático. Sin los medios, el terror que causan es menor.

Pocos recuerdan o saben que hubo ataques terroristas en América en los años 1992-94, por parte del Hezbollah; o que las guerrillas que forman parte de la llamada Nueva Izquierda, causaron, y causan, terror en varios países suramericanos, posiblemente financiadas por la "extinta" Unión Soviética.

Son los medios de comunicación quienes definen quien es bueno y quien es malo, y se prestan para criticar todo aquello que vaya en contra de la izquierda a nivel mundial. Más difícil es, cuando un país carece de una alternativa ideológica con poder, como Venezuela, donde todos los grupos de poder son tradicionalmente de izquierda desde 1958 hasta el día de hoy.

Las piezas siguen avanzando, mientras estamos distraídos con el trato afectivo entre Kolinda y Macron, o la falta de delicadeza de Putin como anfitrión. El mundo se distrae con nimiedades, servidas por los medios, mientras la verdadera noticia se esconde detrás del telón de las grandes potencias.

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