En Venezuela, la crisis hiperinflacionaria ha trastocado todo. Cualquier tontería cuesta millones, siendo o no nacional. De esto no escapa la comida, desde carnes a verduras y hortalizas.
Lo que conozco de otros países es que estos son rubros económicos, debido a que se producen internamente y además cuentan con apoyo gubernamental.
Tendremos que esperar para comernos de nuevo algo fresco y accesible, cuando el signo cambie y nuestros productores ganen lo justo y los consumidores puedan pagar acorde a lo que ganan.