Fuente
Al fin el marido dando vuelta como una fiera enjaulada decide leer el adjunto, el detective redactó el informe con lujo de detalles:
Puede ver con sus propios ojos el testimonio video-gráfico de la investigación, aunque la verdad logré grabar solo parcialmente lo que conversaron. En el rostro de la ejecutiva se nota cierta palidez y las manos humedecidas como si tuviera algo de susto, por la hora y la hilera de transeúntes en su ir y venir.
El viejo que la acompaña no es un sultán enamorado, sino un patrón industrial de cualidades superfinas. No ordenaban licor, sino café bien fuerte después de comer.
Es cierto que primero hablaban en una lonchería y luego las veces posteriores acuerdan hacerlo en aquel lugar de paz y sosiego, donde cenaban y aprovechaban de intimar cosas importantes de trabajo.
Nadie los vio entrar a las habitaciones de la Hostería, ni en ningún instante la pareja solicitó cuarto en el Motel, al parecer aquellos encuentros no guardan hilación con sospechas de una relación de amor.
De modo que puede estar tranquilo. Todo queda confidencial entre nosotros. Expresaba finalmente la nota del investigador contratado.
El joven marido pudo dominar su soberbia insana.
NOTA:Esta es mi participación al concurso de Nano Narrativa convocado por @acropolis. Esta semana nos tocó escribirle el final a un nanorelato propuesto por los organizadores del concurso.
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