…Un nuevo mensaje del detective llega a su celular, pero decide no leerlo.
“En el mensaje, estaba escrito el desenlace de la historia, pero el marido celoso y cegado por la ira, ni siquiera le prestó atención y decidió actuar por su cuenta.
Se abrigó y ocultó el arma, en el sobretodo, y se dirigió al lugar de los hechos, imaginando miles de situaciones.
Su mente obnubilada por la rabia, no le permitía razonar.
Se acercó sigilosamente hasta el lobby del hotel y esperó a que salieran los tortolitos.
¡Cuál no sería su sorpresa! Al ver, a su amada esposa, venir del brazo de un hombre muy maduro, abrazada a él con mucha ternura. Él sólo pudo apuntarle, y sin mediar palabras, disparó.
Su esposa lloró de manera desgarradora, y gritó a su esposo. _¡Asesino, has matado a mi padre!...”