El camino hacia el logro de nuestros objetivos de vida puede durar años, motivo por el que se hace indispensable enamorarnos de ese transitar que se está llevando a cabo, ya que de no ser así puede que hayamos emprendido un rumbo equívoco. Y es que si contamos con la plena certeza de que la dirección que llevamos es la adecuada para nosotros, los obstáculos, problemas o cualquier otro inconveniente que pueda presentarse no deben significar una excusa para abandonar. Todo lo contrario. Es en esos momentos en que se explotan esas virtudes y capacidades que como personas poseemos y por las cuales queremos materializar nuestras aspiraciones. Por ello:

El punto en que convergen las acciones que consideramos nos llevarán hacia el éxito, con el placer de desarrollarlas, significa una combinación que difícilmente ha de fallar en el marco de nuestras aspiraciones. Entonces, si ya sabes hacia dónde te diriges, enamórate de lo que haces, ya que es allí en donde encontrarás la motivación para materializar tus deseos.