Soneto a mi nuera.
Gracias te doy, mi tan querida nuera,
por hacerme feliz y alegre abuelo,
aunque un tanto virtual en esta vida
en donde el sentimiento adquiere vuelo.
El fresco aroma de mis niños huelo,
cierro los ojos en forma divertida
y percibo la luz del mismo cielo.
Soy abuelo feliz en la distancia
Y al volver a sentir esa fragancia,
se vuelven la razón de mi desvelo.
Que te bendiga Dios, María Fernanda,
en tanto que el orgullo en mí se agranda...
¡Qué grandioso resulta ser abuelo!!!
- Foto tomada por mi hijo Landys Jair -