Más ligero que el viento, más gentil que los propios bailarines,
Desde mi ventana...
Disculpe, estoy un poco loco.
Crujido detrás de la ventana de la cerca.
Mi universo son tus ojos celestiales.
Balanceando como escalas.
Un sentimiento que no muere.
Conducen canciones, cantan bailes redondos.
De repente, fue extraño por un momento, sobresaltado:
Estaba cubierto de nieve.