El reloj en la muñeca de Helena marcaba las 7:00 pm, con un suspiro decidio acelerar el paso hacia su casa, sabia perfectamente que a sus padres no le gustaba que estuviera sola por las calles de una cuidad tan peligrosa, bueno de un tiempo para aca.
Victoria era una cuidad pequeña, tranquila y la mayoria de sus cuidadanos se conocian pero ultimamente se habian reportado desapariciones en la estacion policial, provocando la paranoia en cada uno de sus habitantes. Las personas desaparecian sin dejar rastro alguno, los policias manejaban la hipotesis de que fuera un asesino completamente profesional y enfermo pero el instinto periodistico de Helena le gritaba que se trataba de algo mas.
A pocos pasos de llegar a su destino, escucha gritos femeninos, de su bolso saca la camara que siempre lleva consigo y comienza a grabar, en la otra mano sostiene la navaja que su padre le entrego para que se protegiera. Se acerca silenciosamente al callejon y lo que sus ojos ven es imposible de creer, una chica desmayada siendo elevada en brazos de un ser extraño mientras una luz los succiona.
Ojos negros grandes y piel casi transparente, simplemente desapareciero junto con la chica, Helena corre hasta llegar a su casa con el Corazon en la boca, sus padres ya duermen y ella se dedica a buscar el video pero se da cuenta que no hay nada; todo ha sido borrado. Al dejar caer la camara encuentra una nota pegada “Al gato lo mato la curiosidad, recuerda eso”.
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