¿Quién manda, el corazón o el cerebro?

La pregunta del millón de dólares.
Muchos defienden la teoría de que el corazón es tan terco que puede más que la razón. Que son débiles y se dejan llevar por los sentimientos. (Yo le llamo emociones impulsivas, no sentimientos)
Esa parece la excusa perfecta, para quienes no pueden superar relaciones amorosas fallidas y cometen el error una y otra vez... Por ejemplo.
Claro está, que la mayoría de la gente se encanta con alguien que es "todo corazón".

Sin embargo, hay otros que aseguran que la razón es más poderosa.
Que a la hora de elegir lo que conviene se debe ser objetivo, imparcial y equilibrado, no se debe andar con sentimentalismos. (Insensibles, así les llamamos).
Pudiera tratarse de alguien con cierto nivel interesante de sociopatía o psicopatía, que no es capaz de involucrarse emocionalmente con su entorno.
¿O tal vez, simplemente sea alguien tan centrado y claro en lo que quiere experimentar en su vida, que sabe cuando y como elegir sus batallas?
Hallo que este tipo de personas pone en tela de juicio nuestro nivel de autoestima y egoísmo.
Contradictoriamente al sentido de preservación, muchos hallan encantadoras a estas personas y se fascinan con el hecho de que sean frías, poco emocionales o empaticas.
Aún así pretenden cambiarlas, pero eventualmente terminan involucrándose tanto, que andan deprimidos y frustrados en el mejor de los casos.
Cheila Araujo.

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