Ave libre. (Relato)

Iba caminando en los trotes horizontes y me percaté del cielo raso que por mis pies. Sostuve de manera delicada con la yema de mis dedos las nubes y supe que el sueño estaba en mi alcance: ¿Estaré soñando? ¿Respirando? La vida… a veces los momentos inexplicables son los que embriagan nuestro buscar. Desperté, y me pude percatar que el cielo estaba tan claro como el cuál yo pisaba, ¿tal vez estuve allí?

Nunca me gustó hacerme este tipo de preguntas, siempre me parecieron una especie de: mezcolanza de malas ideas recolectadas por un despertar taciturno; sin embargo, algo había cambiado tras ese sueño. Era... era el día: ¿miércoles, jueves? No; era el día de la despedida. Me levanté para ver los colores de la flor, y estaba marchita. Caminé para cepillarme los dientes y la luz estaba tras el cristal. Me vestí y me di cuenta que era el momento de sacarla de la jaula.
Salí corriendo tras la alcoba y busqué mis guantes para no lastimarme. Pero apenas subí me pude percatar de que el ave no estaba, ¡no estaba! La busqué por todas partes, bajé corriendo por las escaleras, vi cada ventana, cada rincón, hasta que llegué a mi cuarto y alcé hacía la ventana para ver el cielo para darme cuenta que yo era esa ave del sueño.

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