Me vuelvo a presentar

Ha pasado casi un año de haber empezado mi pequeño "emprendimiento" en Steemit, y creo que como persona he cambiado lo suficiente como para volver a presentarme ante ustedes. No vengo a excusarme por mi aparente inactividad, vengo a compartir con ustedes un poco de la vida que nunca he dejado de vivir. Como Nietzsche dijo una vez: "Los poetas no tienen el pudor de sus aventuras; las explotan", y creo que es momento de explotar un poco los nuevos conceptos de mí mismo que he dilucidado con el tiempo.


Naruto

Una selfie en mi condición actual, sanito, gracias al meta-pana del que hablaba Trismegisto.

Para quienes ya leyeron mi primera introducción: puedo decirles varias cosas; que logré avanzar al cuarto semestre, que me he encontrado con el poeta otra vez (aunque solo le vi caminar mientras que yo iba de pasajero), que a pesar de la crisis he tenido la suerte de haberme tomado alrededor de siete curdas desde el día en que hice mi primer post, que me he clavado unas cuantas tardes enteras en mi cuarto para ver Inuyasha y una que otra película, que me leí un libro de metafísica de la gente de Conny Méndez, y que -además de estar destruyéndome con Sans Famille de Hector Mallot- me aprendí una o dos cosas nuevas para sacudirle las cuerdas a la guitara... Pero, luego de todo lo que hice en estos últimos dos meses, viví mi vida.

Para quienes no se tomaron la molestia de revisar mis otros posts: como es arriba es abajo, pero lo que de aquí en adelante leerán tiene muy poco que ver con lo de hace un párrafo.

Mucho gusto, internet. Me llamo Saúl y tengo 19 años. Pero eso no importa. Lo que importa es lo que pienso construir a partir de lo que les quiero proponer a ustedes (y a mí mismo también, porque una promesa es a su vez un poco de esperanza, y justo ahora no me vendría mal): hacer de mi blog un espacio de autenticidad. Quiero crear un reflejo de lo que no se puede reducir a otra cosa que la evolución de mi persona, y dejar vestigios de mi existencia diferentes a los frágiles recuerdos que pudieran guardar las mentes de mis conocidos, o los datos que por obligación se tuvieran que archivar sobre papel en un hospital, una cárcel, una oficina o qué se yo. Luego nos acomodaremos, con uno que otro upvote y quizás una denuncia equivocada por parte de alguien que apenas está empezando a usar Steemit -y espero que no dude en contactarme para explicarle cómo funciona esto-. Por ahora los dejo con una foto que tardé demasiado en compartir:

De barlovento a sotavento, todo lo que allí sale -a excepción de lo que sale- me pertenecía. En otras palabras: nada allí me pertenecía. Quizás mi ropa, y porque la llevaba puesta. Aun así, a pesar de estar en un lugar donde nada me pertenecía, me sentí mucho más rey que las últimas dos generaciones de la monarquía española.

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