!Hola! Un poeta errante se ha topado con Steemit. (Introducción)

Keric Alvarez, Valencia St. Mission District. San Francisco, California.
Picture taken by the coolest street photographer in NYC @powerquevedo

Hace un tiempo ya que me mudé a San Francisco, entre sus calles y transeúntes me incrusté; como tallado en viejo mármol por los inmigrantes asiáticos no hace poco más de un siglo, encontré dicha, y dicha permanencia entre la fortuna; amor clandestino bendecido por cada dios en cada panteón; placeres mañaneros tan sencillos como una buena taza de café y un cigarrillo de marihuana que paulatinamente encontré por doquier entre mis palabras y las suyas, es decir las de ella, la de la ciudad que me incitó a virar mis vicios hacia una dirección digamos más lacónica, decicido por fín, sin censura alguna, a enfrentar mis temores y seguir el camino labrado por tantas vidas pasadas, aquel escondido por tantos y encontrado por solo unos pocos.

Mi historia es intemporal y abstracta, y a lo que mis lectores concierne, empieza aquí y ahora, en Steemit. Y si les debo hablar en pretérito, con la única excusa de mostrarle a usted el precedente de mi diatriba en contra de sociedades, pensamientos, formas de escrituras establecidas y demás, será porque aunque parezca que no me importa un pepino la claridad gramatical, me importa, y muchísimo, crear una comunidad apasionada por la escritura, la música, el arte y los relatos sobre aventuras inesperadas.

Así pues, empecemos por aclarar que hace un par de años tuve la idea de comenzar a escribir poesía, pensamientos, encuentros espirituales, relatos y demás situaciones de esta índole en un blog al que llamé Retórica Hexagonal: sumamente complicado al parecer y sin nada más que ofrecer que curar mi ego a ratos como escritor. En fin, un total fiasco. Mi visión era la de crear una comunidad apasionada y con ganas de resaltar, que quisiera expresar sus ideas sobre temas relevantes, los cuales al parecer nosotros los mal llamados millenials nos importan un bledo, o peor somos acusados de ignorancia absoluta por nuestra contraparte generacional que creció durante el segundo tercio del siglo veinte. Desafortunadamente mis intentos fueron en vano, a pesar de tener un buen incentivo a mano de allegados, amigos y familiares que conocen mi trabajo, el hexágono nunca salió a flote.

A mi parecer la principal razón del fracaso del hexágono fue el mecanismo social de aceptación del médium que elegí; los blogs están orientados a instruir o relatar experiencias que incitan a la imitación del autor; la vida del trotamundos del siglo XXI que todos quisieran llevar o las 7 palabras que te conseguirán el amor eterno por dar un ejemplo. Yo quería algo diferente.

En otras palabras, jamás tuve un espacio para crear una comunidad distinta, en cambio, se me fue concedido un espacio chiquitito en la inconmensurable web para replicar una estructura ya establecida y así recontar la misma historia una y otra vez. Pero a lo hecho pecho, ahora los giros de la vida me han hecho parar aquí.

No llegué a Steemit para excusar mis fracasos como escritor, sino más bien para presentarme ante ustedes como un nuevo miembro entre la creciente comunidad de Steemit. Quiero darles un poco que pensar con mis escritos, y por supuesto darle otra oportunidad a ese proyecto que alguna vez llamé hexágono.

Ahora bien, esta introducción fue necesaria para pasar la página, hacer borrón y cuenta nueva, como dicen los viejos en mi tierra. En Steemit haré hincapié en mejorar las imperfecciones de mi proyecto antedicho e introduciré nuevas ideas.

Lo que pueden esperar de mí como autor: en realidad no hay mucho que decir. Estoy perdido en las mismas vaguedades que cualquier otro joven veinteañero, reflexiono sobre la vida, el amor y la música, pero no me doy cuenta de ello y me creo hablando de política, de religión y cultura. Al principio, creía que todo era tan simple como hablar de la verdad, sobre la verdad y por la verdad. Sin embargo, ella es subjetiva, se nos esconde, y aunque la encontremos y la fozáremos a salir de su enmarañado escondite, probablemente nadie la querría ver por estar cubierta de lodo, muda de tantos años confinada a la soledad.

Por lo tanto, en orden de limpiar la verdad, me encontré caminando sobre los mismos pasos que filósofos griegos, académicos, libertadores y músicos, entre otros pensadores libres que buscaban comunión con todo ser viviente. Sin embargo, soy joven, idealista y tengo fé en conceptos que la humanidad ya no echa en falta. Te pido mil disculpas si creías que entrarías en una conversación con un académico hecho y derecho, desde ahora en adelante entraras en un reino lleno de conjeturas que, eso sí, tratarán de ser razonables, para llegar a conclusiones coherentes.

Así mismo, cabe destacar que vengo del sur del continente Americano y que mi narrativa es libertina, la considero insurgente pero apropiada para este contexto. Bueno, como para que me vayan entendiendo, es caribeña, es una mixtura de choques culturales y de roces colosales entre creencias y costumbres.

Lo que pueden esperar sobre mi contenido: Entre los tópicos cuyas proporciones me interesan lo suficiente para establecer una conversación están: (a) música, en todas sus formas y colores, tanto oriental como occidental. Como músico que soy desde que tengo uso de razón, trataré de traer a la conversación mi propios proyectos con instrumentos de cuerdas, entre ellos el sitar, el bajo eléctrico, el contrabajo, el cuatro venezolano, el ukelele barítono, entre otros; (b) política, en todos sus ambitos, práctica y teórica. Todo el mundo está invitado a participar y expresar sus opiniones mientras tengamos un mínimo de respeto por las opiniones de los demás y todo sea por la crítica constructiva y no la crítica sin fundamento; (c) poesía, con la cual soy uno, poeta así como músico, y músico tanto como poeta, la palabra tiene ritmo y el ritmo tiene vida, no puedo vivir sin la una u la otra; (d) cultura y viajes, la antropología me fascina, de hecho casi tengo un título en el tema, pero no les hablaré de tecnicalidades, sino más bien de mis interacciones con personas de diferentes culturas y mis viajes personales, así como también les hablaré del ritmo de vida del ermitaño, la historia de aquellos que no tienen voz, de esos a los que debes encontrar prestando mucha atención cuando caminas la delgada línea que llamamos vida; (e) literatura en forma de relatos, historias cortas o mini series; y por último hablaré lo más que pueda sobre (f) filosofía, sobre la vida, la muerte, el amor, la existencia y pare usted de contar los tópicos que se pueden abordar cuando nos preguntamos el porqué de las cosas.

Lo que espero de mis lectores: pasión por el argumento constructivo, por las palabras, por el arte y la lectura. Espero de ellos interacción, de manera que se logre crear una comunidad inteligente y creativa que fomente la conversación e ideas innovadoras, pero por sobre todo espero que se diviertan leyendo, participando e interactuando los unos con los otros.

A estas alturas te debes estar preguntando, ¿y de qué va todo esto?, si el Quijote ya se murió. No necesitamos más locos hablando de filosofías antiguas y mucho menos de amores que poco nos interesan, ¡Pfff, estos poetas de esquina, no los quieren ni en su casa! Pues, déjeme decirle mi pana – como diríamos en mi tierra caribeña – que la necesidad yace en la subjetividad con la que apreciamos las cosas y justamente a mí me ha parecido que tenemos una carencia de locos extraordinaria. Así que sin pedirle disculpas por mi elocuente charla de poca monta y mi informalidad gramática atribuida – muchos dirán – a una influencia Kerouacquiana o a la repentina afinidad que siento por los locos, voy a comenzar con mi empresa de despotricar contra lo que me parezca y como me parezca.

¡Nos vemos a la vuelta!

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