Verdaderamente afortunado

Amigos de Steetmit, los saludo con mucha alegría.
Contento estoy de haberlos descubierto.
Mi nombre es Jesús Orlando Sánchez Farías y soy uno de los hombres más afortunados del mundo.
Nací en Carúpano, estado Sucre, Venezuela, "Tierra De Gracia”. Desde hace más de 40 años vivo en Cumaná, la ciudad Primogénita del continente americano y cuna de Antonio José de Sucre, uno de los más destacados personajes de la independencia americana.

Mi padre fue poeta, galeronista y parrandero y soy casado con la mujer más linda y complaciente del mundo; buena madre y abuela. Tengo dos hijos, que van heredando mi fortuna y tres nietos bellísimos. El último, de seis años, es una locura de muchacho, la gozadera total; el del medio practica la magia y además, ejecuta el violín en el sistema de orquestas Simón Bolívar, lo que me hace feliz porque soy amante de la música, de hecho, muchos de mis familiares son músicos afamados. Alana, la mayor de mis nietas, estudia ingeniería en la universidad, es adicta a los juegos de envite y azar; eso me gusta, porque es muy astuta y nunca pierde.
En cuanto a mi trabajo, soy un vendedor de cosas insólitas: escapularios, diplomas de bienvenida al mundo, para los niños recién nacidos y pulseritas de azabaches, que se utilizan para su protección (vieja tradición venezolana), cuadernitos de pasatiempos que contienen crucigramas, dameros, criptogramas, etcétera. Soy un liberador de angustias de la gente que se encuentra en los hospitales, en las salas de espera de los terminales de pasajeros; un vendedor informal que ha venido trabajando desde hace más de 40 años por todos los estados y ciudades de mi país hermoso. Me va muy bien, soy totalmente libre, gitano, gitano.

Pero como todo, existe una incomodidad en mi vida, mis gustos: escribir cuentos, leer literatura y la pintura, también me gusta la fotografía y hacer videos, cosa que no comparto con casi nadie en la vida, aunque conozco a mucha gente y todos en esta pequeña ciudad me conocen. Es lo único en lo que no me complace mi compañera de toda la vida. Lo poco que he escrito permanece engavetado; es triste, ya no me quedaban ganas de escribir.

Pero como soy afortunado, un nuevo aliento llegó a mi vida: el mejor de mis amigos, @acostacazorla, me presentó Steemit. Así conocí una red en donde puedes mandar tus poemas, tus cuentos, tus escritos, tus fotos, tus videos... ¡Qué maravilla!, le dije.
Me descubrió Steemit como un sitio donde, además, los integrantes de esta gran familia te leen, te comentan; los usuarios pueden votar el contenido y te premian.
Probemos, entonces, acepto el reto. Lo acepto porque mi mundo, apartado y, hasta ahora, solitario, tendrá una ventana por donde mostrar mis escritos, mis dibujos, fotos y videos, los cuales, pobres, permanecen engavetados.
Con una nueva familia tan numerosa como esta, sin duda, me animaré y mi producción aumentará con mucho más entusiasmo, dedicación y cariño: los saco de las gavetas, les sacudo el polvo; me baño, me peino, me pongo un poco de perfume y a escribir cosas nuevas por las redes.

¡Qué bueno, nunca más jugaré solo! Soy verdaderamente afortunado.

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
Join the conversation now
Logo
Center