¡Una presentación sin título aparente!

A lo largo de mi vida siempre me he visto desde el plano del espectador, viviendo en una película infinita, mientras escribo narro una historia y tú que lees esto, amigo o amiga, te haces parte de ella, porque te imagino del otro lado de la pantalla leyendo e interpretando cada palabra.

¿Quién Soy? Esa es una buena pregunta, empezare por lo básico, mi nombre es Carlos Bolívar, tengo 18 años, nací en Valencia Venezuela aunque me siento Caraqueño de sangre. Nada de eso dice realmente algo sobre mí y como una buena película hay que contarla por el principio. Me gusta dividir mi vida en dos partes porque él y yo somos muy distintos en muchos aspectos.

Esta parte de mi vida se llama “Aprender, caer y levantarse”

Les relatare la historia muy breve, porque si algún día la escuchan completa será directamente de mi boca. Él era un niño, a una corta edad fue diagnosticado con una terrible enfermedad, estuvo cerca de la muerte más veces de las que puedo contar con mis dos manos, él no conoció lo que muchos niños llamaron infancia porque tuvo que madurar muy rápido. Algo soberbio, sabía que podía lograr cosas, aunque tiene muchos prejuicios. Aprendió de cada dolorosa experiencia que tuvo, cayo una y otra vez y cada vez se levantó con más fuerza, “Es valiente” es lo que escucha decir a todos, pero a él no le interesa, solo quiere vivir 100 años, esa es su meta y diariamente lucha para lograrla, aunque el tratamiento que se supone lo salve, lo está destruyendo.

La Segunda parte se llama ¿Ahora qué? El Despertar.

El niño ya no es un niño, ya no está enfermo y tiene que aprender a vivir como un joven, todo lo que anteriormente se le fue negado y arrebatado, su juventud, se le es concedido. Pero ¿Y ahora qué? ¿Cómo se hace eso? Esa es mi aventura de cada día, él y yo somos uno, un pasado traumático que abre las puertas a un presente lleno de sorpresas. En este camino he perdido prejuicios, he aprendido a no solo cuidar de mí mismo y sobre todo a empatizar con las personas. Él y yo compartimos muchas semejanzas y diferencias, compartimos una vida y compartimos una película que aún le falta mucho para acabar.

La Melodía y Armonía

Siempre durante mi vida, pude oír como espectador de mi propia historia la canción perfecta para cada momento que lo necesité, la música siempre estuvo y está acompañándome en cada triste y mísero momento hasta el más grato e invaluable ¿Cómo evitar enamorarme de esta musa? Aquí es donde si doy información valiosa del tal Carlos Bolívar. A los 16 años, libre totalmente del cáncer, alejado de hospitales, enfermeras y traumas tomé una decisión, me dedicaría a la música, era algo que me llenaba. Ya tocaba un típico instrumento venezolano “El Cuatro” durante esos dos años buscaría aprender más de ese mundo, la música venezolana y la música en general.

Eso me lleva a quien soy ahora, de hecho todo lo que he vivido me lleva a quien soy ahora, el balance de él y yo. Les dije que si escuchaban la historia completa seria de mi boca y es porque planeo y sueño hacer de la música un instrumento para viajar, conocer y hacerme escuchar. Y tú que ya eres parte de esta historia, podrás escuchar el desenlace en una entrevista o periódico ¿Por qué no? ¿Quién sabe a dónde llegue esta película? Por ahora me hago escuchar a través de Steemit y en esta “Presentación sin título aparente” te invito a poner tu nombre o el nombre que prefieras porque la estructura de mi vida es fácilmente adaptable, esta historia es tuya, porque todos tenemos un pasado del cual huimos e intentamos superar, un presente que vivimos a plenitud y un futuro que esperamos deseosamente. Nuestra vida puede ser una melodía, armonía o ambas. Pueden acontecer hechos nota tras nota u ocurrir todos al mismo tiempo, nosotros tenemos la capacidad de convertir cada nota en parte de una hermosa canción. Mi historia es una bandeja de clichés pero en este pentagrama desordenado intento transformar cada compás en una hermosa rapsodia a la cual llamo vida, ese es Carlos Bolívar, el director de su propia realidad, pero al mismo tiempo un instrumento más de la orquesta del universo.

¿Es todo sobre mí? ¡No! falta mucho que contar, tengo mucho que aportar y pensamientos que transmitir y a través de esta plataforma planeo hacerlo.

“Los músicos no se retiran, paran, y paran cuando se les acaba su música. - Así pues que nunca se acabe tu música – cuando disfrutes de ella, baila y si tropiezas sigue bailando, no te rindas pues no es importante pensar en el tropiezo sino en tu música.

-Escrito de mi padre.

Así concluye una presentación cargada emocionalmente, pues así soy. ¡Bienvenidos a mi película!


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Fotografía desde una Nikon D3400

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