Drogas Endógenas, la puerta a la Iluminación

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LAS DROGAS ENDÓGENAS, las que genera el propio cerebro llamadas neurotransmisores, no son perjudiciales, no son de temer, no son placeres sensuales., pero requieren una alimentación equilibrada.

Es en la descripción de cómo el Buddha recuerda cuando logró jhanas y cae en la cuenta de que es el camino hacia la iluminación.

Sin embargo, venía de pasar un hambre tremenda y estaba exhausto y en esas circunstancias le era muy penoso lograr que su cerebro sintetizara la serotonina.

Este neurotransmisor es el responsable de la felicidad y necesita para su síntesis tres precursores que son el triptófano, uno de los aminoácidos esenciales, glucosa y vitamina B6.

El aminoácido L-triptófano es necesario para producir serotonina en el cerebro. Aunque muchos alimentos contienen triptófano, la dieta puede no proporcionar el L-triptófano necesario para elaborar cantidades suficientes de serotonina.

Además, hay enzimas que se producen con la inflamación y el envejecimiento que rompen el L-triptófano antes de que se convierta en serotonina.

El triptófano es uno de los ocho aminoácidos esenciales en la dieta humana y es el menos abundante.

El L-triptófano es un precursor de la serotonina, pero su entrada en la barrera hematoencefálica se dificulta por la competencia con otros aminoácidos.

Una dieta típica proporciona de 1.000 a 1.500 mg/día de triptófano, formando parte de las proteínas junto a los otros aminoácidos competidores.

Para garantizar el aporte de triptófano una buena solución es complementar la dieta con complementos alimenticios que minimizan su degradación.

Las proteinas de la cuajada están formadas por aminoácidos como ácido aspártico, ácido glutámico, alanina, arginina, cistina, fenilalanina, glicina, histidina, isoleucina, leucina, lisina, metionina, prolina, serina, tirosina, treonina, triptofano y valina.

Por su parte, el arroz contiene 0,20 mg de vitamina B6 por cada 100 gr. y carbohidratos que se rompen en glucosa que es absorbida por la sangre.

Intuitivamente, el cuerpo sabe qué alimentos “apretecen” cuando existen carencias nutritivas, el Buddha rompió el ayuno para comer precisamente cuajada y arroz hervido. Una vez que comió, pudo ponerse a sintetizar serotonina y esa felicidad le condujo a las jhānas y esta a la iluminación.

Romper con el ayuno provocó el enfado de sus compañeros renunciantes y su abandono. Es decir, el Bodhisatta cuando comprobó que el camino a la iluminación pasaba por lograr las jhānas, abandonó su vida de penitencia y comió justo lo que necesitaba.

Colección de Discursos Medianos
Majjhima Nikaya 85 – Bodhirajakumara Sutta

“Y, a la luz de aquel recuerdo, comprendí: ‘Éste es el camino hacia la iluminación’.
“Entonces pensé: ‘¿Por qué temer a una felicidad que no tiene nada que ver con los placeres de los sentidos ni con lo que es perjudicial?’.
“Y me dije: ‘No temo a esa felicidad que no tiene nada que ver con los placeres de los sentidos ni con lo perjudicial’. “Entonces, príncipe, pensé: ‘No es fácil lograr esa felicidad con un cuerpo llegado a tanta extenuación, ¿y si comiera algo sólido, arroz hervido y cuajada?’.

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