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Siempre fui solitario, no me acostumbré mucho a eso de rodearme de muchos, me gusta eso de la soledad y de las tardes en silencio.
Fui solitario desde que vi que las palabras abundaban y los hechos no tanto, lo fui cuando vi que la amistad sincera es escasa y le tomé más gusto cuando entendí que no toda compañía realmente acompaña.
Me volví solitario cuando escuchaba más en los silencios que el los sonidos de la mayoría, he sido así, solitario, me di cuenta cuando prefería ponerme los audífonos para no hablar con nadie y cuando preferí sentarme a comer solo para escuchar todo eso que mi mente gritaba.
Fui solitario porque entendí que no cualquiera puede ocupar un lugar cercano al corazón, no cualquiera sabe quedarse y es entonces que te haces solitario y reservas palabras para no gastarlas en oídos equivocados, es sencillamente eso, comprendes que ser solitario no es tan malo.