La leyenda de “El Familiar”, también conocido como Sulpay, es originaria del norte argentino, principalmente de las provincias de Tucumán, Salta, Jujuy, Catamarca y Santiago del Estero, pero siendo Tucumán la provincia de origen de esta leyenda o mito.
Según el Folklore norteño, El Familiar, es un demonio que otorga protección y fortuna a su invocador, a cambio de que este le haga una ofrenda anual, esta ofrenda no es nada más ni nada menos, que la vida de un empleado o peón del invocador. De esta forma el familiar sacia su hambre.
Según la leyenda original, a principios del siglo XX, el dueño del Ingenio Santa Ana, invocó al Familiar para que este le otorgara prosperidad y buena cosecha (de azúcar) a cambio de la vida de uno de sus obreros por año.
Con el paso del tiempo, se hizo fuerte el rumor de que cada fábrica tenía su propio Familiar. Los dueños de los ingenios azucareros mantenían a estos demonios, escondidos en un sótano, de esta forma los alimentaban una vez al año con algún obrero ignorante, al que engañaban para que ingresara al sótano donde se encontraba ese demonio en forma de perro.
También existe otra versión. Dicen que los Familiares eran liberados por las noches, para que vagaran libres por los cañaverales, con el fin de que cazaran a los intrusos que querían ingresar a la propiedad por la noche, o que incluso contrataban serenos (guardias) con el único fin de ser devorados por los Familiares.
En este folklore, El Familiar es considerado un demonio, con forma de perro, que puede manifestarse también como un hombre.
Cuando conserva su forma canina, es un perro implacable, negro, con los ojos rojos. O simplemente un perro sin cabeza, una víbora, un toro, o un hombre con traje. En su forma de sabueso, es muy veloz, más que el promedio de los perros de caza, y se dice que, si se encuentra con una edificación en su camino, simplemente la atraviesa.
Cuando toma forma humana, puede hablar y emplea tácticas de engaño, como lo es cambiar de forma para atraer a sus víctimas cuando se encuentra libre por los cañaverales.
Aparte de ser veloz, es poderoso, absorbe primero el alma de su víctima, para luego continuar con su cuerpo. Su fuerza es equivalente a la de mil personas.
A este ser, llamado: El Familiar, no se lo puede matar de ninguna forma conocida, pero se cree que puede ser asustado si se le muestra el mango de un cuchillo de madera, con una cruz tallada en él, ya que es considerado una presencia demoníaca.
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ENGLISH VERSION
The legend of "El Familiar", also known as Sulpay, originates from the north of Argentina, mainly from the provinces of Tucumán, Salta, Jujuy, Catamarca and Santiago del Estero, but Tucumán is the province of origin of this legend or myth.
According to the Northern Folklore, El Familiar is a demon that grants protection and fortune to its summoner, in exchange for an annual offering, this offering is nothing more and nothing less than the life of an employee or peon of the summoner. In this way the familiar satisfies his hunger.
According to the original legend, at the beginning of the 20th century, the owner of the Santa Ana sugar mill invoked the Familiar to grant him prosperity and a good harvest (of sugar) in exchange for the life of one of his workers per year.
As time went by, the rumor grew that each factory had its own Familiar. The owners of the sugar mills kept these demons hidden in a basement, thus feeding them once a year to some ignorant worker, who was tricked into entering the basement where the demon was in the form of a dog.
In this folklore, El Familiar is considered a demon, in the form of a dog, which can also manifest itself as a man.
When it retains its canine form, it is a relentless, black dog with red eyes. Or simply a headless dog, a snake, a bull, or a man in a suit. In his hound form, he is very fast, faster than the average hunting dog, and it is said that, if he meets a building in his path, he simply runs through it.
When it takes human form, it can talk and employs deceptive tactics, such as shape-shifting to lure its victims when it is free in the reeds.
Apart from being fast, he is powerful, absorbing first the soul of his victim and then his body. Its strength is equivalent to that of a thousand people.
This being, called: The Familiar, cannot be killed in any known way, but it is believed that he can be frightened if shown the handle of a wooden knife with a cross carved on it, as he is considered a demonic presence.
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