Robar miradas por naturaleza, esa es su mayor fortaleza y como no hacerlo si desprende pasión, poder, sensualidad y belleza, es que si existe un color que destaca las cualidades de una mujer ese es el rojo y ahí estaba representado en todo su esplendor a través, de ese vestido.

Su confección era tal que parecía sacado del clóset de la realeza, una mezcla sutil de elegancia y comodidad, tan ligero que cuando el viento soplaba daba una dulce sensación de libertad, de esa que una vez que la experimentas jamás deseas perderla.

Sin embargo, el toque mortal lo daba el escote en la espalda, con una exactitud perfectamente diseñada para desbordar femineidad sin caer en la vulgaridad. Si alguna quería verse empoderada, ese vestido era el ideal.

Ella lo sabía, si no lograba sentirse hermosa al usar algo así, no lo haría con nada, por eso no dudo en aceptar la propuesta fotográfica que recientemente le habían hecho, y es que ¿por qué iba a dudarlo? Si la juventud es efímera, es mejor tener una evidencia tangible de la misma, que mantenerla almacenada en un recuerdo.

Salió de la cama, se dirigió a su armario y se lo probó, dio unos pasos hasta llegar al espejo y quedo embelesada. ¿cuántas veces espero que alguien la mirara? ¿cuántas veces soñó con descubrir su propia belleza? Y ahí estaba, el reflejo de su sueño convertido en realidad.

No hay nada que detenga a una mujer cuando esta decide sentirse bella y ese día fue la ocasión perfecta para dejarlo claro.

El clima no pudo estar más a su favor, les dijo adiós a las cuatro paredes de su habitación en las cuales había estado encerrada por mucho tiempo y ¡por fin! las calles de Buenos Aires fueron testigo de su dosis de autoestima, de esa que las mujeres deben inyectarse de vez en cuando para darse cuenta lo mucho que valen.

“La chica del vestido rojo” así la apodaron, al andar era como una ola del mar fuerte y fascinante ¡imposible que pasara desapercibida! Había quienes sin pensarlo le lanzaban piropos y otros que simplemente quedaban perplejos, pero no solo ellos la miraban, señoras y jovencitas también lo hacían ¿Cuántas de ellas necesitara un vestido así? Pensó, en ese momento no solo comprobó la eficacia de usar ese color, sino que se prometió a sí misma jamás volver a minimizarse.

Hoy, el rojo sigue siendo su color favorito, pero se siente igual de segura y hermosa con cualquier otro, entendió que su percepción de belleza dependía más del lado emocional que del físico, no importa cómo te lo cuenten: "cuando te amas a ti misma, es inevitable que el mundo no voltee a mirarte” suele repetir con frecuencia.

En cuanto al vestido, decidió regalarlo ¿por qué? solo ella sabrá, pero aún conserva las fotografías que un 12 de enero del 2021 le hicieron llegar, esto por si algún día su memoria falla y llega a olvidar cada detalle de aquella hermosa confección, que alguna vez le permitió descubrir la mejor versión de sí misma.

Stealing glances by nature, that is her greatest strength and how not to do it if she exudes passion, power, sensuality and beauty, is that if there is a color that highlights the qualities of a woman that is red and there was represented in all its splendor through that dress.

It was so light that when the wind blew it gave a sweet sensation of freedom, the kind that once you experience it you never want to lose.

However, the deadly touch was given by the neckline in the back, with an accuracy perfectly designed to overflow femininity without falling into vulgarity. If anyone wanted to look empowered, that dress was ideal.

She knew it, if she couldn't feel beautiful wearing something like that, she wouldn't feel beautiful wearing anything, that's why she didn't hesitate to accept the photographic proposal that had recently been made to her, and why would she doubt it? If youth is ephemeral, it is better to have tangible evidence of it, than to keep it stored in a memory.

She got out of bed, went to her closet and tried it on, took a few steps until she reached the mirror and was spellbound. How many times had she waited for someone to look at her? How many times had she dreamed of discovering her own beauty? And there it was, the reflection of her dream come true.

There is nothing to stop a woman when she decides to feel beautiful and that day was the perfect occasion to make it clear.

The weather could not have been more in her favor, she said goodbye to the four walls of her room in which she had been locked up for a long time and finally! the streets of Buenos Aires witnessed her dose of self-esteem, the one that women must inject from time to time to realize how much they are worth.

"The girl in the red dress" that's how she was nicknamed, when she walked she was like a strong and fascinating wave of the sea, impossible to go unnoticed! There were those who without thinking threw compliments and others who were simply perplexed, but not only they looked at her, ladies and young girls also did it, how many of them needed a dress like that? She thought, at that moment she not only proved the effectiveness of wearing that color, but also promised herself never to minimize herself again.

Today, red is still her favorite color, but she feels just as confident and beautiful with any other, she understood that her perception of beauty depended more on the emotional side than the physical, no matter how they tell you: "when you love yourself, it is inevitable that the world does not turn to look at you" she often repeats.

As for the dress, she decided to give it away, why? Only she will know, but she still keeps the photographs that she received on January 12, 2021, just in case someday her memory fails and she forgets every detail of that beautiful dress, which once allowed her to discover the best version of herself.