Estamos aquí para dar un motivo a la vida, si no ¿para qué otra cosa podemos estar aquí? vivimos tan acostumbrados de pensar como influir en los demás que se nos olvida que también podemos influir en nosotros mismos.
La vida no es fácil, para ninguno de nosotros. Pero ¡qué importa! Hay que perseverar y, sobre todo, tener confianza en uno mismo. Hay que sentirse dotado para realizar alguna cosa y que esa cosa hay que alcanzarla, cueste lo que cueste y pase lo que pase, siempre confiar en uno mismo. Si eres inseguro, ¿adivina qué? El resto del mundo también lo será. No sobreestimes a la competencia y te subestímate a ti mismo. Eres mejor de lo que piensas y lo que creen que serás.
Es mejor ser odiado por lo que eres que ser amado por lo que no eres.