This is Samantha, she is a dancer in our national ballet and I don't know any more details about her personal life. A colleague brought her to our safari and she was the first model I photographed that Saturday. Needless to say, photographing a ballerina is always an unfulfilled desire, at least for me. I have had several in front of my lens but the desire never ends. The natural grace of ballet as such is very photogenic. Each evolution, each movement is a poem well worth immortalizing. The desolate road, with classic cars with tourists traveling the scenic forest route, and the forest itself with its endless vines of almost evergreen, helped to package this magic.
Esta es Samantha, es bailarina de nuestro ballet nacional y de ahí no sé más detalles de su vida personal. Nos la trajo un colega a nuestro safari y fue la primera modelo que fotografié aquél sábado. De más está decir que fotografiar una bailarina es siempre un deseo insatisfecho, por lo menos para mí. He tenido a varias delante de mi lente pero las ganas nunca se acaban. La gracia natural del ballet como tal es muy fotogénica. Cada evolución, cada movimiento es un poema que bien vale la pena inmortalizar. La desolada carretera, con autos clásicos con turistas recorriendo la ruta escénica del bosque, y el bosque mismo con sus interminables enredaderas de un verde casi perenne, ayudaron a empaquetar esta magia.
Thanks for the opportunity!
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