Una de las clases que más aprendí dentro de la Universidad, fue en Escultura I, pues no solo el profesor se dedicaba a enseñarnos como modelar con arcilla, aprender sobre el volumen y todo lo que implica la tridimensionalidad con materiales tradicional en la practica artísticas, también se dio la tarea de instruirnos en como levantar un proyecto de restauración y conservación de monumentos, lo que se debe hacer y no a la hora de poner o hacer una escultura en un lugar determinado, que este terreno cumpla con el cometido; que si el material es adecuado no solo para que este en el intemperie, en casos así, sino que estos soporten las vibraciones de los vehículos y demás temas que nos competen como Licenciado en Artes Plásticas.

De verdad que, aprendí mucho con el profesor a cargo de la materia, tiene una paciencia al momento de enseñar y se dedicaba a cada a mostrarnos cuales eran nuestras fallas y fortalezas cuando realizábamos un ejercicio escultórico, nos motivaba. Puede ser que también éramos muy poquitos y por ello se dedicaba personalmente a cada uno, aun así, se veía el entusiasmo que le ponía a su método de aprendizaje.

Los trabajos de campo eran los que más le gustaba mandar hacer, porque así se aprendía a sobrellevar los entornos laborales futuros y conocer las áreas que nos competía, ya que no solo consiste en ser artistas plásticos, es mucho más, es ver que podíamos desenvolvernos en distintas áreas. Tanto como ese profesor como el de Escultura II, me aportaron conocimientos muy importantes que aun mantengo presente.