Cuando vi la imagen, me trajo gratos recuerdos, ya que recordé una de mis aventuras de adolescencia, que fue la forma en que conocí el Estado Amazonas. Recuerdo, que en los años 80, estaba sentado con unos amigos y llegó el hermano de uno de los muchachos, que se había ido desde muy joven de su casa y había realizado varios trabajos, pero ahora que ya era un adulto, se dedicó al manejo de camiones con bateas y con dobles bateas.

Cuando estábamos conversando con él, siempre nos comentaba sus experiencias en la carretera, la forma en que podía ver todas las estrellas del cielo cunado se paraba en carreteras poco transitadas, de los llanos, de Bolívar y de Amazonas.

A mí, que siempre me ha gustado la aventura y me ha gustado viajar, me encantaban sus historias. Pero en esa época, había un detalle, y es que Gabriel, el vecino camionero, era más amigo de mi hermano, que mío. De hecho, para mí era un conocido, más que un amigo.

Recuerdo que Gabriel un día tenía que viajar, iba a los llanos, después a Caicara del Orinoco, y finalmente iba a cargar en S.I.D.O.R, para luego llevar el material a Valencia. Y cuando comentaba su recorrido, mi hermano le dijo que le gustaría ir con él, y Gabriel se lo llevó como ayudante.

Cuando mi hermano, regreso, también comentó grandes historias del viaje. Así que cuando Gabriel volvió a Caracas, y se reunió con nosotros, le pedí que me permitiera ir con él como ayudante. Mi sorpresa fue cuando me dijo que sí, y que arreglara todo, para irnos en cuatro días.

Lo que sí me dijo, es que no llevara cosas innecesarias, solo ropa de trabajo, paño, y utensilios personales. A los cuatro días, Gabriel, me llamó a los cuatro de la mañana, y cuando bajé al estacionamiento, su esposa estaba con él, ella nos llevó en el carro, al lugar donde Gabriel tenía al camión y ahí comenzó la aventura.

Recuerdo que lo primero que hicimos, fue ir a una bloquera, y cuando toda la batea del camión estaba llena de bloques, tuve que ayudar a colocar una lona protectora a la mercancía, a partir de ese momento, con mis catorce años, supe lo que era empezar a trabajar. Tuve que aprender a hacer nudos, hacer los dobles de la lona, a trabajar con cadenas y perros, entre otras cosas.

Yo quedé impresionado con el primer camión que tenía la batea puesta ese día, ya que era un viejo camión MACK con dos palancas de velocidades. Y vi con cara de incertidumbre, como Gabriel, movía ese camión, para quitarlo y después poner su camión o "chuto". Después de los cambios de camión y después de que la carga estaba colocada y con la lona puesta, salimos de la bloquera que estaba en Los Valles del Tuy, fuimos a llevar la carga al Estado Bolívar, nos paramos en un par de lugares para comer y para llenar los termos de agua y hielo, en la primera parte de la carretera.

Cuando nos paramos a comer la primera vez, vi como se me lastimaron las manos, eso pasó, ya que nunca había trabajado de esa forma con las manos, halando mecates, estirando lonas y otras cosas. Pero esa sería, una de las tantas cosas que haría, por primera vez en mi vida.

Recuerdo, que cuando se hizo de noche, estábamos en una carretera de los llanos camino a Caicara del Orinoco, y nos paramos a ver las estrellas. Recuerdo, que nunca había visto un cielo tan estrellado como ese. Realmente fue impresionante. Después rodamos como una hora más y llegamos a un puesto de la Guardia Nacional y mi sorpresa fue, cuando me dijo Gabriel, dormiremos acá. Me quedé con la boca abierta, cuando medio una hamaca con mosquitero, y me dijo, coloca y alístala para que duermas.

Al darse cuenta, de que no sabía de qué estaba hablando, Gabriel, colocó la hamaca y el mosquitero debajo de la batea del camión, y simplemente me dijo, esta será tu cama. Solo puedo decir que ese viaje fue maravilloso y superinteresante y realmente fue una aventura, debido a que hice un par de cosas locas que terminaron dándome dinero y algunas experiencias.

Una de las cosas locas que hice, fue que en S.I.D.O.R., conocí a un amigo de Gabriel, que iba a llevar una mercancía a Santa Elena de Uairén, y después de hablar con él, me dijo que iba a necesitar un ayudante. Gabriel, me dijo, que si quería me fuese con Mauricio, y así podría conocer La Gran Sabana.

Recuerdo que fui a la ferretería, compré unos guantes de cuero de trabajo y me fui con Mauricio y conocí la Gran Sabana, y realmente quedé enamorado del paisaje. Recuerdo que en Santa Elena, una señora me cobró en esa época, 50 bolívares por lavarme la ropa, y yo me quedé encantado, ya que era menos de lo que me pagaban diario, por ayudar en el camión.

Después de la entrega de la mercancía, regresé con Mauricio, pero cuando llegamos a S.I.D.O.R., Gabriel no había llegado, y como en esa época no existían los celulares, de verdad, que no sabía en donde estaba. Tenía dos opciones, quedarme esperando, o irme de ayudante con otro de los camioneros, y lo último fue lo que hice.

Pero esta vez, me tocó conocer el Estado Amazonas, y de verdad la pasé genial, esa fue la primera vez que probé la piraña en una sopa. Cuando regresamos a S.I.D.O.R., Gabriel no había llegado, y me monté como ayudante de nuevo, pero para ir con un viaje a Valencia y Maracay, desde Bolívar.

El final de la historia, es que nos conseguimos en la carretera con Gabriel, cerca de una bomba muy conocida, llamada Las Morochas. Hay me despedí de Rolando, me pasé al camión de Gabriel, y terminamos llegando a Caracas.

Esa fue mi aventura, y así pasé mis vacaciones escolares de tercer año de bachillerato. Ese viaje me enseño mucho, primero, conocí muchos paisajes, cruce un río y creo que era el Orinoco en una chalana, me bañe en el Orinoco a las once de la noche y me lleve una enorme decepción al ver que el agua era caliente.

Pesqué, conocí el Amazonas, conocí el trabajo físico, gané dinero, dormí debajo de camiones, comí en fogatas en orillas de carreteras, comí venado, lapa, chigüire, culebra, piraña y también probé una hallaca y un pastel de morrocy. Y aprendí a beber cerveza, acompañada con huevos de iguana.

De verdad, fue una de las mejores experiencias de mi vida, y es un recuerdo muy grato de mi adolescencia.

Muchas gracias por leerme.

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