En muchas hogares existe el sofá, puede ser que en todas las casas no lo haya, pero lo cierto es que un buen sofá siempre es importante en una casa, en una familia, en un grupo de amigos.
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Mi sofá es parte importante de mi hogar, es ese mueble en donde me acurruco cuando quiero sentirme acompañada, ese mueble que me brinda tanta comodidad que puedo pasar largas horas sumergida en sus cojines anchos y confortables.
Incluso en las noches donde el sueño es imposible de conciliar, mi sofá me presta su comodidad para dormirme en él. Es que se siente como una prolongación más de mi cuerpo. Y lo digo por aquellos qué como yo sí tienen un sofá en casa y lo mantienen como un tesoro.
Este es mi sofá, cuando vienen los amigos de mi hijo sólo quieren sentarse en él. Y es allí donde pasan las largas horas de visita mientras participan en sus conversaciones o juegos. A ellos también les parece que nuestro sofá es muy cómodo.
Suelo acompañar a mi hijo en su larga jornada de trabajo, cuando él me dice que necesita a otra persona a su lado aunque sea de compañía y sin hablar. Yo lo entiendo, porque en su trabajo solo habla en línea con las personas que hacen lo mismo que él.
Es entonces cuando yo me voy con mi teléfono y mientras paso los mensajes que me agradan y veo los videos en mis redes, estoy muy acurrucada en mi sofá con mi cobertor y en la espera que en algún momento deba levantarme para hacer cualquier otra cosa que no deseo hacer.
La comodidad del sofá permite que transcurran las horas y que el tiempo pase tan rápido mientras me sumerjo en los cojines amplios, blandos y confortables de mi sofá.
Esta es la publicación para el concurso de piensa observa y escribe de la comunidad @topfivefamily.
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Las fotografías son tomadas con el teléfono Redmi Note 9.
