Unos vienen, han tenido la dicha de poder retornar, pero otros van y nunca regresan “no tuvieron oportunidad”. Así es la vida, unos nacen y otros mueren, algunos viven años, otros llegan como cometas -un poco más, un poco menos- y nos dejan.

“FELIZ VIAJE”, se alcanza a leer en lo alto de una Alcabala de control vehicular. A la izquierda “los que vienen”, a la derecha “los que van”. Soy uno de los que van, al volante y atento. En una de mis manos unos billetes de baja denominación para pagar el peaje. Mi familia, escuchando música o viendo media en sus pantallas. Mastico un chiche, pues, eso me ayuda a concentrarme.

Antes de salir de casa me equipé con unos veinte litros extras de combustible -nuestro destino es incierto, en la vía todo puede pasar-. Las herramientas básicas, el caucho de repuesto y el obligatorio extintor. Todas las luces funcionan perfectamente y mis acompañantes tienen puesto el cinturón de seguridad -no tendremos problemas-.

Pero, -siempre el bendito “pero”-, sempiternamente hay imprevistos, situaciones sobre las cuales no tendremos control. Desde hace un par de semanas no he dejado de pensar en las víctimas de los dos graves accidentes ocurridos recientemente y que pronto pasaran al olvido -no para los familiares de los fallecidos y quienes hayan sobrevivido a ellos-. Es fácil buscar un culpable -ni aquellos que se fueron se percataron, ¿qué verdaderamente pasó?–

Esa frase “FELIZ VIAJE” me parece faruscas, yo la cambiaria por “BENDICIONES EN TU VIAJE”, encierra más significado… Todo suma, sutilmente poner atención a las circunstancias del entorno, quizá nos ayude a escapar de aquello predestinado. Al pasar la Alcabala, me persigno, en mis manos está que lleguemos sanos y salvos a nuestro destino, unos 1100 kilómetros con promedio de 15 horas.

Bienvenido todos a esta, mi participación de la semana en el TopFiveFamily, si es de tu agrado participar, aún estás a tiempo, este es el enlace Observa-Piensa-Escribe. Recuerda cumplir las reglas…