¡OH, CAPITÁN! ¡MI CAPITÁN! SERGIO RAMOS Y EL SEVILLA FRENARON AL REAL MADRID.

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“Partido igualado y competido, con intensidad. Hemos jugado mejor la primera parte que la segunda. No aprovechamos las oportunidades y después el Sevilla ha estado muy intenso y nos ha costado. El resultado me ha parecido correcto. Partido bastante bueno, hay que tener en cuenta que el Sevilla puso mucha energía en el partido. Estoy bastante satisfecho. Tras el parón hay partidos trampa y el empate está bien. En cuanto al árbitro, si digo lo que pienso me caen mucho partidos, por eso uso la ironía. A Sergio Ramos me ha encantado verlo y saludarlo, le deseo lo mejor"- Carlo Ancelotti tras el competido empate ante Sevilla en Nervión.


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Oh, Captain! My Captain! poema que Walt Whitman escribió en honor de Abraham Lincoln tras su asesinato allá por 1865 y que se popularizó de la mano de Robin Williams en la pelicula “La Sociedad de los Poetas Muertos” -”Death Poet Society” en su idioma original-; “¡Oh, Capitán! ¡Mi Capitán!” habrá esbozado un sector del Madridismo al ver el partidazo que se mandó Sergio Ramos García, otrora Capitán y multicampeón merengue, liderando las huestes Sevillistas en el Ramón Sánchez Pizjuan; Ramos fue caudillo en su tierra con el equipo que le vio nacer para plantarle un alto el equipo en el que se convirtió en leyenda.

El Sevilla se alimentó de una especial energía de su líder y caudillo, Sergio Ramos, y suscrito a la falta de gracia rematadora del Real Madrid, frenó el avance del conjunto Merengue en La Liga. Jude Bellingham presentó una versión menos brillante en el Puzjuán y no pudo marcar la diferencia esta vez mientras que Ramos -quien firmó un partidazo en la zaga- falló en su minuto, el minuto 93, con un cabezazo que siendo él el ejecutor bien era un gol seguro. El partido en Nervión fue un emocionante que se llenó de historias entrelazadas y dignifica mucho lo que LaLiga representa como competición. Un choque en el que el fútbol se hizo presente desde el inicio, y los goles y las discusiones caldearon el ambiente hacia el final. ¡Fútbol en estado puro ante un graderío efervescente!



El enfrentamiento comenzó y terminó con acción en ambas áreas, destacando el renacimiento del equipo local con el uruguayo Diego Alonso en la sala de mandos; el marco del encuentro en el Pizjuán era inmejorable, pues precisaba el esperado reencuentro de Ramos con el equipo en que su leyenda como uno de los mejores defensas centrales del orbe se fraguó durante varias temporadas. El central se destacó al evitar un par de ocasiones de gol casi bajo los tres palos defendidos por Nyland y realizó dos remates contundentes en el área rival. Sin embargo, al minuto 5, el VAR intervino para salvar a Sevilla y Ramos, que había desviado la esférica, anulando un gol del Madrid porque Jude Bellingham se encontraba en posición antirreglamentaria.

Lo último que se había visto del flamante estratega del Sevilla, Diego Alonso, fue durante su participación en el Mundial, al frente de una selección que no estuvo a la altura de circunstancias y expectativas, siendo eliminada en la fase de grupos y mostrando un juego decepcionante, apocado y sin una estrategia ofensiva sólida. Sin embargo, en su regreso a los banquillos, 10 meses después, y enfrentando al Real Madrid, presentó un enfoque completamente diferente, uno más cercano a lo que se conoció de él dirigiendo en los banquillos de la Liga MX dirigiendo al Club de Fútbol Pachuca o a Rayados de Monterrey.


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Sorprendentemente, Alonso, optó por una defensa adelantada para su Sevilla ante el Madrid, dejando el peso defensivo en manos de dos viejos lobos de mar, un par de centrales que exudan experiencia y personalidad como son Sergio Ramos y Nemanja Gudelj, de 37 y 31 años respectivamente. Además, instó a su equipo a presionar alto desde el comienzo del partido. Les habló en términos sencillos y apasionados, con el sello característico del charrúa: "Este partido es como en el barrio. ¿Saben cuando te pegan y ves sangre? Algunos ven sangre y se retiran, pero otros la ven y van al frente. Eso es lo que debemos hacer nosotros. Nos pegan, vemos sangre, y seguimos adelante". Un enfoque valiente y decidido por parte de Diego Alonso para hacer frente a un “ogro” como el Real Madrid. Una transfusión de sangre y garra charrúa a un equipo que ya lleva de serie la sangre caliente.

Era el partido de Sergio Ramos, los focos estaban, casi todos, puestos en su figura por el íntimo y estrecho lazo que une su historia a la historia reciente de la Casa Blanca; en la atmósfera se sentía como si el nombre Sergio trascendiera el valor del choque entre Hispalenses y Merengues o el debut de Diego Alonso en el banquillo de Nervión. El Sevilla se plantó con el 4-3-3 que tanto tiempo fue la bandera táctica de Ancelotti para hacer frente al 4-1-2-1-2 que dibujó el italiano para los suyos con Rakitic haciendo una suerte de “Bellingham Sevillista”. Fue un primer tiempo frenético en cuanto al trajín del juego refiere pero que bien pudo haber resuelto el Real Madrid a su favor durante el primer cuarto de hora ante un Sevilla que no se asentó del todo en la primera fase del juego; todo pasaba el en área de Nyland, todo menos el gol que rompiera la paridad en favor de las visitas; los locales caminaban en el desierto pero mantuvieron el tipo para ir recomponiéndose de a poco buscando entrar en un juego en el que pudiesen retener la pelota.



Que el Sevilla tomase un poco el control del balón no pareció importar en demasía a un Real Madrid que conoce hondamente sus virtudes y encontraba la forma de seguir inquietando al conjunto de Alonso con su velocidad a la contra, aunque el Sevilla elevó el nivel de amenaza en las barbas de Kepa; con la posesión de pelota y la mediación de Rakitic, los locales metieron sustos en su rival, se nivelaba el encuentro y el ida y vuelta de ocasiones bajo los palos de Kepa y Nyland embellecía una primera parte a la que solamente le faltó el grito de gol con un Sevilla que jugaba al toque y el Madrid se suscribía al vértigo que pueden imprimir sus jóvenes y desequilibrantes figuras.

Tras el descanso, el Madrid salió a buscar el gol y Rodrygo se volvió a estrellar con esa oscura realidad de pólvora mojada y mirada desafinada de cara al arco, con un par de ocasiones de cara al arco de Nyland que vieron ahogado el grito de gol que se le viene negando al joven merengue desde hace mucho; tras aquellas ocasiones Merengues, el partido cayó en un impasse que redujo el volumen de llegadas en las áreas de gol; pero aquella especie de tregua fue momentánea y al minuto 74’ Alaba rompió el cero cuando buscaba anticipar a En-Nesyri y terminó embocando la bola en su propia puerta para dar la ventaja a los de Diego Alonso en el Pizjuan, pero tan solo 4 minutos tardó el Madrid en devolver la paridad con un poderoso testarazo de Dani Carvajal a primer palo en un córner. 1-1 que predominó hasta el silbatazo final en un partido sabroso y disfrutable, un choque de poder a poder que De Burgos Bengoetxea decidió empañar con omisiones que perjudicaron claramente a la visita que ha dividido puntos y ha visto frenada su seguidilla de triunfos en LaLiga.


✍🏼: Paco Andújar ⚽

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