El béisbol es uno de los deportes más subestimados por la audiencia mundial. Menos universal que el fútbol, es lógico pensar se debe a la falta de entendimiento de sus reglas y a lo lento que suele resultar la cadencia del desarrollo de un encuentro. Pero anoche, tanto en Phoenix como en Arlington, para quienes seguimos sus incidencias fue una reafirmación al amor que tenemos por el deporte del bate y las pelotas. Porque el béisbol no es su cadencia o sus reglas. Son las historias que se entretejen con el devenir de cada lanzamiento a la goma y la plena observancia de los fundamentos, de quienes son los protagonistas para hacer historia.
Veamos; tanto Arizona como Houston se encontraban contra la pared al culminar los dos primeros partidos de las series de campeonato de liga. Digamos que tal situación se esperaba de los D-Backs, pero de los siderales resultaba en incredulidad ver a los actuales campeones mundiales abajo, luego de jugar como home club en el Minute Maid Park. Así las cosas, el tercer juego para cada equipo era matar o morir y he aquí que lo lograron. A partir de allí, otras historias echaron andar.
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El balance de las series antes de la jornada de ayer, encontraban a los Astros empatados a dos juegos por lado frente a los Rangers de Texas. Así mismo, los Filis de Filadelfia habían permitido que los sorprendentes ofidios se acercaran con un juego ganado por dos de los rojos. En otras palabras, de no tener nada en las alforjas y con el menor atisbo de esperanzas, los equipos que se encontraban en 0 ganados lograron prender una llama. En el interín, los Astros se encuentran de visita en Dallas, por lo que tiene una mayor dimensión en lo hecho. Arizona ganó en casa, pero eso no le quita lo bailado porque se enfrentan a un monstruo de dimensiones increíbles.
Habíamos dicho también lo importante que resultaría un despertar de los peloteros claves de cada equipo. En el caso de los Astros, como ande el segunda base venezolano José Altuve andará el resto de la alineación. En el caso de los D-Backs, el careta venezolano Gabriel Moreno había quedado a deber, puesto que su desempeño ofensivo en el playoff había sido la sombra de la serie de división. Además, ambos cometieron errores costosisimos que derivaron en la pérdida de un juego para el balance de sus equipos.
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Sin embargo, ambos se redimieron anoche y ¡de qué forma! Altuve se encontraba encaminado a otro juego decepcionante, habiendo fallado en sus primeros cuatro turnos. Se paró en la caja de bateo en el último episodio con el partido abajo por dos carreras (4-2), los dos primeros bateadores (emergentes) de los Astros se embasaron. Las esperanzas en el hombre clave de la alineación renacieron por el recuerdo. José ha sido un gran pelotero en los momentos decisivos para Houston. Bien, el tipo devolvió por encima de la barda del jardín izquierdo, un cambio de velocidad con el que intentaron sorprender. Tres carreras para poner a su equipo adelante 5-4 ¿No es lindo el béisbol?
Más tarde, en Phoenix, otro drama parecido se desarrollaba. Los D-Backs entraron al cierre del octavo episodio perdiendo por dos carreras (5-3). Luego de un doble de Gurriel Jr., Alek Thomas envió una pelota sobre la barda entre el jardín izquierdo y central para empatar el juego. Con las bases limpias Ketel Marte batea hit, Corbin Carroll es golpeado por el pitcher y la escena estaba servida para Gabriel Moreno. Los Filis traen al extraordinario relevo venezolano José Alvarado solo para ver como su paisano le devolvía la pelota con una sólida línea por sobre el segunda base para que Marte anotara y la locura se desatara en el Chase Field ¿Quien no se enamoraría de éste juego?
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Ambos cuerpos de relevistas lanzarían el noveno inning con la alegría de haberse puesto delante en el marcador. Ganar los tres partidos de visita para los Astros, supuso un récord de partidos consecutivos ganados como visitantes en los últimos 9 juegos escenificados en Arlington. Los siderales regresan a Houston con la serie remontada a favor 3-2 y solo les faltaría espantar el fantasma de la debilidad en casa. Para los D-Backs, vuelven a la vida increíblemente y ahora podrían aspirar ganar hoy en la noche (único juego que resta en Phoenix), para volver al infierno en Filadelfia con una esperanza de jugar la serie mundial.
Allí lo tienen. Lo gesta de los Astros será recordada, así no ganen en casa. La épica de los D-backs ha sido de antología ante un un equipo con enorme talento y recursos. Si ahora mismo me lo preguntan, no sé quiénes jugarán la serie mundial, pero lo que sí sé es la reafirmación en nuestra convicción por un deporte subestimado en demasía. Ahora le toca a mi estimado lector: ¿Quienes creen ustedes pasarán a la serie mundial? ¿Podrán los Astros quitarse la mala racha de encima por jugar en casa? ¿Los D-Backs darán la sorpresa ante los Filis? Nos leemos por allí.
The images have been intervened. Statistics used are taken from the MLB site.
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