El Tiempo no Cura: ¡Toma las Riendas de tu Sanación!

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A todos, en algún momento de tristeza o dolor, nos han dicho que "el tiempo lo cura todo". Es como un bálsamo universal, como un bálsamo para el alma, que se supone que alivia cualquier dolor. Pero, ¿has notado que a veces, las heridas más antiguas son las que más duelen? La realidad es que el tiempo es un gran aliado, pero no es un mago. Es como un jardinero que prepara la tierra para que florezcan nuevas plantas, pero si no sembramos las semillas, no habrá nada que cosechar. En español y resumido: el tiempo no cura todo, es lo que hacemos en ese tiempo lo que traerá los resultados que estamos buscando.

Imagina tu vida como una obra de teatro. El tiempo es el escenario, pero tú eres el director, el actor y el público. Puedes elegir interpretar un papel de víctima, donde estás en ese papel constante de "pobre de mí", "pobre de mi situación", un papel donde nada cambia, o puedes decidir ser el protagonista de tu propia historia, tomando decisiones activas para superar los obstáculos. Es como cuando ves una película y te preguntas: "¿Por qué el personaje no hace nada?". Aquí me acuerdo un poco de mi abuela al ver las novelas y gritarle a la protagonista: "¡Pero, chica qué tonta!, ¡supéralo!". A veces, cuando vemos la vida de los demás, puede parecer fácil, y aunque no lo es, debemos concientizar que en tu propia vida, tú tienes el control del mando a distancia (incluso los frutos del tiempo).

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Esperar a que el tiempo cure nuestras heridas es como esperar a que un río cambie su curso por sí solo. Si queremos ver un cambio, debemos tomar acción. Y no hablo de grandes gestos heroicos, sino de pequeñas acciones diarias. Son esos "auto retos" que nos ponemos durante el dolor, como salir a caminar, hablar con un amigo, o simplemente respirar profundamente. Y si hoy te costó salir, mañana te resultará un poco más fácil. Cada paso que damos nos acerca a la sanación. Es ser efectivos, es valorar las oportunidades, es simplemente vivir entendiendo que la sanación viene de adentro hacia afuera.

La sanación surge desde nuestro interior. Es como una planta que necesita de cuidados para crecer fuerte y saludable. Podemos compararnos con un árbol que ha sufrido una tormenta. Las ramas pueden estar rotas y las hojas caídas, pero si las raíces están fuertes, el árbol puede volver a florecer.

El tiempo nos ofrece una perspectiva única de nuestras experiencias. Con el paso de los años, podemos mirar hacia atrás y comprender mejor lo que hemos vivido. Es como mirar una fotografía antigua: las emociones que sentimos en ese momento pueden ser intensas, pero la distancia nos permite analizar la situación con mayor claridad. ¿Recuerdas esa vez que pasaste una mala situación? Al comienzo te daba temor, pensabas que nada te podía salir bien, pero Con el tiempo, y en un verdadero proceso de sanación, probablemente te darás cuenta de que las cosas no eran tan terribles como parecían.

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La sanación es un proceso gradual, no una carrera de velocidad. Es como aprender a tocar un instrumento musical: requiere práctica constante y paciencia. A veces, podemos sentirnos frustrados y pensar que no avanzamos, pero es importante recordar que cada pequeño paso cuenta.

El cambio puede dar miedo, especialmente cuando implica dejar atrás una parte de nosotros mismos. Pero recuerda que el miedo es una emoción natural y que todos lo experimentamos en algún momento. Aferrarnos al dolor puede parecer más fácil, pero a largo plazo nos impide crecer y ser felices.

La gratitud es como un imán que atrae cosas positivas a nuestra vida. Cuando nos enfocamos en lo que tenemos, en lugar de en lo que nos falta, nuestra perspectiva cambia por completo. Es como si viéramos el mundo a través de lentes de color rosa.

Perdonar no significa olvidar, ni justificar el comportamiento de los demás. Como diría un padre que conozco: "Seamos mansos de corazón, no necios". Significa liberarnos del dolor que nos causa el resentimiento pero tampoco quedarnos en ese dolor. Es como soltar una piedra que hemos estado cargando durante mucho tiempo.

La vida es un regalo precioso, y cada día es una nueva oportunidad para crear recuerdos inolvidables. En lugar de quedarte atrapado en el pasado, ¡sal y explora el mundo! Prueba cosas nuevas, conoce gente interesante, tómate un vino, haz algo que nunca te has atrevido, y sobre todo, ¡disfruta del viaje!

Que el peaje nunca te detenga, mi viajero en el tiempo. Bye.

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