Personas que saben, pero que no han aprendido. Personas con alguna situación problemática ante la cual no existe el interés de resolverlo. Estas afirmaciones me llevan a afirmar que vivimos tiempos donde tenemos deseo de saber y hay poco deseo de aprender.
Es muy bien sabido que nuestro momento histórico es el de mayor facilidad para acceder a la información. Con unos pocos clics, podemos sumergirnos en una amplia gama de recursos que la web nos brinda.
Hoy somos curiosos. Queremos saber, opinar y juzgar cuanta información llega. La curiosidad natural que poseemos como seres humanos nos lleva a buscar respuestas a nuestras preguntas y a querer entender el mundo que nos rodea.
Sin embargo, a pesar de este deseo de saber, hay una falta de deseo de aprender, de manera profunda y significativa, en palabras de Ausubel. Muchas veces buscamos respuestas rápidas y superficiales en lugar de dedicar tiempo y esfuerzo para comprender realmente un tema.
Esto lo podemos atribuir, en parte, a la cultura del consumo rápido en la que vivimos, donde queremos resultados inmediatos y no estamos dispuestos a invertir tiempo en procesos de aprendizaje más largos.
A ello debemos agregar la sobrecarga de información. Con tanta información disponible, es fácil perderse en un mar de datos y no saber cómo filtrar y seleccionar la información relevante. Esto puede llevar a una falta de motivación para aprender, ya que puede parecer una tarea difícil y agotadora.
Otro factor que contribuye a esta falta de deseo de aprender es la falta de valor que se le da a la educación en nuestra sociedad. Hemos ido cultivando una mentalidad de "aprender por obligación" en lugar de un deseo genuino de adquirir conocimientos.
Para fomentar un mayor deseo de aprender, es importante cambiar nuestra mentalidad y enfocarnos en la importancia del aprendizaje continuo. Debemos reconocer que el conocimiento no solo nos ayuda a tener éxito en nuestras carreras, sino que también nos permite crecer como personas y comprender mejor el mundo que nos rodea.
Es fundamental promover un enfoque más profundo y significativo hacia el aprendizaje. Esto implica dedicar tiempo y esfuerzo para comprender realmente un tema en lugar de buscar respuestas rápidas. También implica desarrollar habilidades críticas y analíticas para evaluar la información y separar los hechos de las opiniones.
Además, es importante valorar la educación por sí misma y no solo como un medio para alcanzar metas externas. La educación nos brinda la oportunidad de expandir nuestros horizontes, desarrollar nuestras habilidades y comprender mejor el mundo en el que vivimos.
Es verdad que el deseo de saber impulsado por la curiosidad, el interés personal o la necesidad inmediata de resolver un problema es algo valioso, pero al no alimentarlo con la motivación por el aprendizaje, nunca estaremos dispuestos a invertir tiempo y esfuerzo en abrir el cofre del tesoro.
Por eso, vamos a saciar nuestra sed de conocimiento mediante un deseo genuino de aprender.
We have a great desire to know and little desire to learn
People who know, but have not learned. People with a problematic situation in which there is no interest in solving it. These statements lead me to affirm that we live in times where we have a desire to know and little desire to learn.
It is well known that our historical moment is the one with the greatest ease of access to information. With a few clicks, we can immerse ourselves in a wide range of resources that the web offers us.
Today we are curious. We want to know, give our opinion and judge all the information that comes our way. The natural curiosity we possess as human beings leads us to seek answers to our questions and to want to understand the world around us.
However, despite this desire to know, there is a lack of desire to learn, in a deep and meaningful way, in the words of Ausubel. We often look for quick and superficial answers rather than spending time and effort to really understand a subject.
We can attribute this, in part, to the culture of rapid consumption in which we live, where we want immediate results and are unwilling to invest time in longer learning processes.
To this we must add information overload. With so much information available, it is easy to get lost in a sea of data and not know how to filter and select relevant information. This can lead to a lack of motivation to learn, as it can seem like a difficult and exhausting task.
Another factor contributing to this lack of desire to learn is the lack of value placed on education in our society. We have been cultivating a "learn by compulsion" mentality rather than a genuine desire to acquire knowledge.
To foster a greater desire to learn, it is important to change our mindset and focus on the importance of continuous learning. We must recognize that knowledge not only helps us succeed in our careers, but also allows us to grow as individuals and better understand the world around us.
It is essential to promote a deeper and more meaningful approach to learning. This involves spending time and effort to really understand a topic rather than looking for quick answers. It also involves developing critical and analytical skills to evaluate information and separate facts from opinions.
In addition, it is important to value education for its own sake and not just as a means to achieve external goals. Education gives us the opportunity to expand our horizons, develop our skills and better understand the world in which we live.
It is true that the desire to know driven by curiosity, personal interest or the immediate need to solve a problem is valuable, but if we do not feed it with the motivation to learn, we will never be willing to invest the time and effort to open the treasure chest.
So let's quench our thirst for knowledge through a genuine desire to learn.
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